Mayerlis Angarita Robles, la cabeza visible de la Red de Mujeres Narrar para vivir y actual candidata de la ASI a la alcaldía de San Juan Nepomuceno, es una líder de víctimas de los Montes de María.

Angarita, nacida en San Juan Nepomuceno (Bolívar), se forjó como líder de víctimas después de que los paramilitares asesinaran a su tío en Aguachica (Cesar). En el 2000 Angarita fue una de las fundadoras de Narrar para vivir, una organización de 840 mujeres víctimas (‘sobrevivientes’, usando la palabra que ellas prefieren) que la han apostado a la palabra -por medio de relatos orales, cantos, mapas, dibujos- para reconstruir sus historias y enseñarle a la gente de 15 municipios montemarianos sobre sus derechos en la Ley de Víctimas.

Ese trabajo las ha convertido en una de las organizaciones de víctimas más conocidas de Montes de María. Tanto que el presidente Juan Manuel Santos las ha elogiado varias veces: en 2013, durante una marcha en Carmen de Bolívar con 15 mil víctimas de Montes, dijo que “mujeres como Mayerly Angarita que hablan con coraje, con claridad, que hablan pidiendo que se les respeten sus derechos y eso es lo que todos queremos”.

Luego, en julio de 2014, lo reiteró cuando -tras inaugurar la sede de Narrar en San Juan, de compartir un sancocho con ellas y salir abrazado con Mayerly a la plaza, dijo que esas “840 mujeres víctimas (…) me acaban de dar una explicación de su lucha, la lucha de esas víctimas y de millones de víctimas en Colombia que ha producido este conflicto armado”.

Angarita y las otras líderes de Narrar -muchas de ellas reclamantes de tierras despojadas- ayudaron a formar el capítulo en Montes de Tierra y Vida, una asociación dirigida por Carmen Palencia que reúne a unos 10 mil campesinos que buscan recuperar las tierras que perdieron por la violencia en todo el país y que ganó el Premio Nacional de Paz en 2011. Solamente en Montes trabajan con 19 organizaciones de víctimas, que llevan unos 2.500 casos ante la Unidad de Restitución.

En octubre de 2014 las mujeres de Narrar para vivir decidieron que van a participar en las elecciones locales, con Angarita como posible candidata liberal a la alcaldía de San Juan y otras tres integrantes de la organización lanzándose a los concejos de Ovejas, Los Palmitos y El Guamo, todos municipios de esa sufrida región montañosa entre Sucre y Bolívar.

Sin embargo, poco después de que resolvieran entrar en la política, se dispararon las amenazas. En las cuentas que llevan Mayerly y Narrar para vivir aparecen 36 agresiones desde 2012. Once de ellas -un panfleto, cinco intentos de incendio de viviendas, una visita nocturna (y armada) a una casa y varias amenazas telefónicas- han ocurrido en los cuatro meses entre diciembre de 2014 y marzo de 2015. En ese corto tiempo ya suman la mitad que en todos los tres años anteriores. El panfleto, que dejaron en la sede de San Juan, habla específicamente de su “participación en política”.

Esas amenazas generaron una oleada de mensajes de apoyo y de alarmas de muchas ONG y gobiernos extranjeros. Hasta la Iniciativa de Mujeres Nobel de Paz -que reúne a ocho ganadoras de ese premio- expresó su preocupación, después de que dos de ellas (la gringa Jody Williams y la iraní Shirin Ebadi) compartieran tarima con Mayerly en un foro sobre violencia sexual en Cartagena en febrero. Y también lanzaron un campanazo de alerta al Gobierno sobre el factor de riesgo que enfrentan los líderes de víctimas que quieran llegar a las urnas en todo el país.

En marzo de 2015 viajó a La Habana para conversar con la subcomisión de género de las Farc y el Gobierno, que busca darle un enfoque de género a un eventual aterrizaje de los acuerdos (si se llega a firmar un Acuerdo final). “Exigimos de forma inmediata el desescalonamiento del conflicto, en particular las violencias contra las mujeres”, fue el mensaje de Mayerly al salir de esa reunión.

En estos momentos las mujeres de Narrar están concentradas en una nueva idea: a finales de marzo declararán su sede en San Juan como un “territorio femenino de paz” que cuide la sociedad civil y en el que está prohibida la entrada de cualquier actor armado, ilegal o legal. Ya le pidieron a la subcomisión de género en La Habana -que integran negociadoras mujeres de las Farc y el Gobierno- que le dé un espaldarazo a la idea, que según ellas ya están pensando replicar en las montañas del Cauca y en el Meta.

Angarita se lanzó en abril de 2015 como precandidata liberal a la alcaldía de San Juan Nepomuceno, pero el aval terminó recibiéndolo un político local aliado al grupo del ex senador (condenado por corrupción) Juan José García Romero. De modo que terminó lanzándose por la ASI.