La periodista María Jimena Duzán publicó una columna en la que dice que los dirigentes del partido Farc, aunque ya venían estudiando contar varios de sus secretos, tuvieron que apresurar la noticia del magnicidio del líder conservador porque fueron amenazados por Romaña.

Duzán dice que recibieron, a comienzos de febrero, una carta formada por el rearmado Romaña, en la que les dice que han traicionado el proyecto armado, que se quedaron con bienes y dinero que ahora ellos necesitan para la disidencia Segunda Marquetalia y en la que los amenazaba con contar secretos de la ex guerrilla, entre ellos, el asesinato de Gómez Hurtado. 

La carta se entendió como extorsión no solo de Romaña, sino de Iván Márquez. 

Meses después de eso fue cuando Piedad Córdoba empezó a insinuar que los autores del crimen eran las Farc y que ella tenía las pruebas. 

¿Piedad sabía de la carta, por qué habló en ese momento?

La revelación de lo de Gómez Hurtado, dice Duzán, “resultó ser una prueba ácida para los excomandantes de las Farc que les puede costar la vida”.