Se acaba el gobierno López en Bogotá y es un buen momento para hacer un balance de sus resultados en el campo del patrimonio cultural.

Manuel Salge Ferro
Es docente investigador en la Universidad Externado de Colombia. Se doctoró en antropología en la Universidad de los Andes. Sus áreas de interés son los conceptos y las relaciones entre el patrimonio cultural, los medios emergentes y la apropiación social de la tecnología.
Ministro Correa, el patrimonio no puede quedar en puntos suspensivos
El ministro Correa no puede permitirse ignorar un recurso como el patrimonio, que le da sentido a una realidad colectiva, es necesario integrarlo.
Au revoir monsieur Pemp, bienvenida la escala de barrio
Los centros históricos del país se encuentran en crisis, es hora de repensar los instrumentos de gestión para garantizar su desarrollo en el tiempo
Así quedan la cultura y el patrimonio en el Plan de Desarrollo
En el articulado que materializa el Plan Nacional de Desarrollo los temas de cultura, patrimonio y ciudad se desvanecen dejando el sector en el limbo.
La declaratoria descarrilada de la bicicleta, más que baches y tachuelas
La postulación de la bicicleta como patrimonio deja al descubierto la segregación, la explotación económica y la violencia de género en la ciudad.
Luces y sombras del Plan Nacional de Cultura 2022-2032
A un par de días del cambio de gobierno se firmó apresuradamente un documento con problemas de contenido y de método que pudieron y debieron ser ajustados
El valor científico del Galeón San José, más allá de la política
El debate sobre el Galeón San José se ha construido alrededor de luchas y tensiones políticas. Es necesario situar la discusión desde su valor científico
El Centro Nacional de las Artes Teatro Colón: un cascarón de soberbia y cemento
Discute la pertinencia de la inversión de recursos públicos en infraestructura cultural frente a la desatención del sector artístico que le da sentido
Declarar la bicicleta como patrimonio cultural solo le sirve a la burocracia
La declaratoria de la bicicleta como patrimonio bogotano evidencia cómo los mecanismos de protección se utilizan estratégicamente con fines políticos