La justicia encontró que Frank Holguín no tenía el poder adquisitivo para comprar tres bienes a Escobar en 1991. Por eso, extinguió su dominio sobre ellos.
Desde hace unos días está circulando en Facebook una publicación del portal Pluralidad Z titulada: “Padre de la senadora del Centro Democrática Paola Holguín era testaferro de Pablo Escobar”.
La publicación tiene más de 4.600 interacciones según Crowdtangle, una herramienta que mide la viralidad de los contenidos publicados en redes sociales.
Como usuarios de Facebook calificaron la nota de Pluralidad Z como falsa, le pasamos el Detector de Mentiras y encontramos que es cierta pero tiene una imprecisión y es que a Holguín no fue condenado por testaferrato, aunque sí se encontró que la venta del apartamento de Escobar a Holguín fue una simulación.
El artículo de Pluralidad Z replica un reportaje del portal Vorágine que revela detalles del expediente 31402 del proceso de extinción de dominio en contra de Frank Holguín, papá de la senadora uribista Paola Holguín.
Hoy revelamos un expediente de Frank Holguín, padre de @PaolaHolguin y testaferro de Pablo Escobar. El documento es inédito. Aquí la historia: https://t.co/vDEAkE1ZGp
— Vorágine (@VoragineCo) January 24, 2021
De acuerdo a Vorágine, en 1997 la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) presentó una demanda ante la Fiscalía para quedarse con las propiedades que había adquirido con dineros ilegales el narcotraficante Pablo Escobar.
Entre esos bienes estaban un apartamento, un depósito y un parqueadero, que Escobar le vendió a Frank Holguín en diciembre de 1991.
La compra y venta de los bienes
El 4 de diciembre de 1991 Escobar le vendió los tres bienes a Holguín. Para esa fecha y desde el 19 de junio de ese año, Pablo Escobar estaba preso en la cárcel La Catedral (Envigado), de la cual se fugó el 22 de julio de 1992.
Escobar compró el apartamento en El Poblado por $507.000 en 1980 y 11 años después se lo vendió a Holguín por $5.5 millones.
El apartamento pasó de Holguín a dos dueños más en menos de 10 meses, aún cuando Escobar estaba vivo.
Según este medio, tanto la Fiscalía como la Procuraduría coinciden en que la compra del inmueble “no fue más que una simulación: se efectuó cuando el primero (Escobar) ya estaba privado de libertad y el segundo (Holguín) carecía de la capacidad de compra”.
Vorágine también indica que el DNE comprobó que entre 1984 y 1992, Holguín “incrementó sus activos en forma considerable sin contar con los recursos para justificar tal incremento”.
La defensa de Frank Holguín
En el proceso por la extinción de dominio del inmueble, que duró seis años, Holguín estuvo representado por el abogado Francisco Javier Salazar.
En el proceso, Salazar indicaba que al momento de las compraventas Pablo Escobar no había sido condenado en Colombia por narcotráfico, y que Holguín compró el apartamento de buena fe.
La extinción de dominio
Vorágine cuenta que la Fiscalía y la Procuraduría pidieron la extinción de dominio del apartamento porque “fue producto de actividades ilícitas” realizadas por Escobar, contrario a lo que decía el abogado Salazar.
El Juzgado Tercero Penal del Circuito de Medellín avaló la petición y sentenció que el apartamento, el parqueadero y el depósito debían ir al Estado por extinción de dominio.
En junio de ese mismo año el Tribunal Superior de Medellín ratificó el fallo: “El testaferrato, o la enajenación aparente del dominio de unos a otros, aún en cadenas sucesivas, era una práctica habitual de los narcotraficantes para encubrir el origen ilícito de los bienes”, dijo.
Es clave mencionar que Holguín no fue condenado por testaferrato, pero el Tribunal sí encontró que la compraventa o fue una simulación (apariencia de venta para cambiar de dueño, sin que realmente cambie) o fue de mala fe (a sabiendas de que era narcotraficante, ya que aunque no tuviera condena era una una característica “conocida y admitida públicamente” como dice el Tribunal).
Esa sentencia, del 7 de febrero de 2003, no la apelaron ni Holguín ni su abogado.
En 2019 el columnista Yohir Akerman habló sobre este caso de testaferrato en una columna en El Espectador, a lo que la senadora Holguín respondió:
Ante infamias me preguntan qué respondo
Respuesta “yo no pateo perro muerto”
El que entendió entendió— Paola Holguín (@PaolaHolguin) March 31, 2019
Como la información que Pluralidad Z corresponde a la publicada por Vorágine, calificamos la nota como cierta.

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