En Facebook se está moviendo una publicación que asegura que científicos estadounidenses crearon una vacuna contra el Coronavirus que es “capaz de curar al paciente dentro de tres horas posteriores a la inyección”.

Como la publicación tiene 1,2 mil reacciones, ha sido compartida 749 veces y varios usuarios la calificaron como falsa, le pasamos el Detector de Mentiras y encontramos que efectivamernte es falsa, pues mezcla información errada con otra cierta pero descontextualizada. 

A simple vista es fácil dudar de la veracidad de la publicación porque dice que la vacuna “es capaz de curar al paciente dentro de tres horas posteriores a la inyección”, cuando las vacunas no curan, sino que previenen.

Además, esa versión de una vacuna que cura contradice su última frase: “mientras se trabaja en una vacuna esto podría ser un tratamiento viable para disminuir enormemente los casos fatales”. 

La publicación usa indiscriminadamente los términos vacuna y tratamiento médico, cuando son diferentes, y eso la lleva a ser confusa.  

Pero hay más. Verificamos los cuatro puntos centrales de la publicación y esto fue lo que encontramos. 

1- Trump no dijo que la “la Roche Medical Company lanzará una nueva vacuna contra el coronavirus el próximo domingo”

Esta afirmación está circulando en redes desde principios de abril. Varios verificadores encontraron que es falsa; igual revisamos y tampoco encontramos registro de que Donald Trump haya dicho eso. 

Roche desarrolló no una vacuna, sino una prueba para la detección del Sars-CoV-2 (que es el virus que causa el Covid-19), como explicó la farmacéutica en este comunicado.

De hecho, en una rueda de prensa en la Casa Blanca en la que habló de esas pruebas, Trump dijo que la vacuna tardaría más tiempo.

Por otro lado, tampoco hay registro de que el Gobernador de California, Garvin Newson, haya dicho que “ya tienen la cura contra el Covid-19”, como asegura la publicación. 

2- No hay una vacuna de un biólogo francés, sino un debatido tratamiento

Didier Raoult sí es el director del hospital del Instituto Mediterraneo de Infectología de Marsella, y usó un tratamiento que mezcla hidroxicloroquina (no hiproxicloroquina o hydrocloriquina, como dice la publicación) con azitromicina en pacientes con Covid-19. Además, lo ha promocionado como una cura.

Sin embargo, como contamos en este Detector, no es una vacuna (como dice la publicación) sino un tratamiento médico que tiene complicaciones.

Raoult hizo un estudio con 36 pacientes con Covid-19 (no 24 como indica la publicación); a 20 les dieron sólo hidroxicloroquina y a 7 hidroxicloroquina y azitromicina. 

Según su artículo, al día sexto día (no al cuarto) “el 100% de los pacientes tratados con la combinación de hidroxicloroquina y azitromicina se curó virológicamente en comparación con el 57.1% en pacientes tratados con hidroxicloroquina solamente, y el 12,5% de los del grupo de control” (personas en condiciones comparables no tratadas con la combinación). 

Por esto, no es cierto que “el 75% de los pacientes eliminaron el 100% del virus y el resto simplemente quedaron rastros que se eliminarían a través del sistema inmune”, como asegura la publicación. 

De hecho, el estudio no menciona nada sobre los “rastros” del virus ni sobre el sistema inmune.

En la conclusión del artículo, Raoult y los demás autores reconocen que el “estudio tiene algunas limitaciones, incluido un tamaño de muestra pequeño, un seguimiento limitado de los resultados a largo plazo y el abandono de seis pacientes del estudio. Este hallazgo debe explorarse más a fondo para saber si una combinación es más efectiva, especialmente en casos severos”. 

Raoult y su equipo publicaron dos estudios más (este y este) en los que sostienen la eficacia del tratamiento. Hay un estudio preliminar chino que llega al mismo resultado.

Sin embargo, algunos científicos cuestionaron la validez científica de los estudios porque se enfocan en el desenlace viral (si había virus) y no en el clínico (la mejoría en la salud a mediano plazo); y otros advirtieron sobre posibles efectos secundarios.

Esto es lo que explica lo que ha ocurrido en los últimos 4 meses con ese tratamiento.

3 – Las reacciones

A fines de marzo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó el uso de la hidroxicloroquina y la azitromicina en adolescentes y adultos con Covid-19 para responder a la crisis. Esto apesar de que no había las pruebas suficientes que se habrían exigido en condiciones normales, en cuanto a la eficacia del tratamiento y a la falta de efectos secundarios graves.

Trump celebró esa decisión y se refirió a la combinación de drogas como el “game changer”. 

En ese momento California y Nueva York comenzaron a hacer pruebas del uso hidroxicloroquina; sin embargo, no hay registro de que en esos Estados hayan empezado o vayan a empezar “a dosificar a pacientes”, como afirma la publicación. 

Entre tanto, en junio la FDA retiró la autorización al uso de emergencia de la hidroxicloroquina porque, según estudios clínicos adicionales, es ineficaz. 

Lo mismo pasó en Francia, donde el Consejo Superior de Salud Pública de ese país derogó el decreto que autorizaba el uso de la hidroxicloroquina para los casos más graves de Covid-19. 

Esto luego de un estudio publicado en la revista The Lancet que muestra que el uso de la hidroxicloroquina en pacientes con Covid-19 no es efectivo y que aumenta los problemas cardíacos y el riesgo de muerte de algunos pacientes. 

Por eso, la Organización Mundial de la Salud suspendió temporalmente su estudio sobre la efectividad de la hidroxicloroquina.

Ese estudio se cayó: días después, tres de sus autores se retractaron porque tenían dudas sobre la veracidad de los datos obtenidos, que habían sido recopilados por el cuarto autor, quien no quiso mostrárselos.

Ante esto, la OMS reanudó sus estudios sobre la efectividad del medicamento. Con esos ires y venires, quedó rodeado de dudas e incertidumbres.

Sin embargo, todo indica que la hidroxicloroquina definitivamente no ayuda: este fin de semana la OMS canceló su estudio después de que un panel de expertos concluyera que los resultados de su estudio muestran que no produce un efecto significativo.

4- El tratamiento de los chinos

Es cierto que en China están utilizando Kaletra, que es la versión no patentada del Lopinavir/Ritonavir (se usa para tratar el VIH), sola o combinada con hidroxicloroquina para tratar pacientes con Covid-19. 

Sin embargo, un estudio publicado en marzo de la revista New England Journal of Medicine concluyó que su uso en pacientes de Covid-19 graves no mostraba ningún beneficio sobre los tratamientos regulares.  

En mayo, científicos chinos publicaron otro estudio en el que confirmaron que este medicamento “no mejoraba los resultados clínicos” en pacientes con Covid-19 y que “podía provocar efectos secundarios”. 

Hace unos días la Organización Mundial para la Salud suspendió sus estudios del uso de Lopinavir/Ritonavir, al tiempo con las de hidroxicloroquina, porque no hay evidencia de que los tratamientos con estos medicamentos reduzcan la mortalidad en pacientes hospitalizados. 

Su decisión se basó en los resultados del ensayo Solidaridad, del ensayo Recovery y de un estudio de Cochrane.

Por todo lo anterior, calificamos la publicación como falsa. Esto porque mezcla opiniones con información tanto falsa como verdadera, y llega a una conclusión errada. 

Estudiante de derecho con opción en periodismo de la Universidad de los Andes.