En Facebook circula un video de la médica argentina Chinda Brandolino hablando sobre vacunación, patente y derechos humanos. El video corresponde a su intervención en la Conferencia Internacional Médicos por la Verdad, Derechos Humanos y Salud, que se desarrolló en Barcelona en julio de 2021.
El video fue originalmente compartido en septiembre del año pasado, pero este año ha vuelto a correr en algunos perfiles y grupos. Esto ha hecho que varios usuarios reporten la publicación como falsa. Le pasamos el Detector de Mentiras y encontramos que lo es.
Esta es la publicación:
Parte de información es cierta, pero la mezcla luego con otra falsa.
Aunque el video dura dos minutos, hay cuatro afirmaciones clave que son susceptibles de pasar por el Detector.
1, Brandolino afirma que en 2013 hubo un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que dijo que “el ADN humano, el genoma humano, no se puede patentar”. Esto es cierto, y fue una discusión recopilada por medios como El País o la BBC.
2. Brandolino dice que ese ADN “si está alterado genéticamente se patenta”.
Esto no es cierto: lo que la sentencia dejó como salvedad es que el ADN sintético, es decir, productos artificiales que se derivan de la copia del material genético, podría patentarse en algunos casos.
Eso ocurre con el ADN complementario, algo que aclararon nuestros colegas del Verificador de La República. Y se hace, como explican expertos que hablaron con la revista Métode, de la Universidad de Valencia, para proteger e incentivar a una rama de la biotecnología.
3. La médica utiliza ese argumento para asegurar que las vacunas con adenovirus modifican el ADN, algo que es falso.
Como hemos chequeado aquí y acá, las vacunas no alteran el material genético del paciente. Aunque en ese momento hablábamos de las vacunas con ARN mensajero, lo que ocurre con las que utilizan vectores de adenovirus es similar.
La vacuna Sputnik V es una de las que usa vectores adenovirales como método. En su página explican que se trata de tomar virus modificados genéticamente que no se pueden reproducir.
La Clínica Mayo, una de las más reconocidas en Estados Unidos, retoma esa explicación más detalladamente teniendo a la vacuna de Johnson & Johnson como ejemplo.
En resumen, existe una modificación de partes importantes del genoma del virus, para que este no pueda ni infectar ni replicarse, pero de ninguna manera afecta al ADN humano.
4. Lo cuarto, conclusión de los tres puntos anteriores, es que según Brandolino una persona vacunada es “transgénica, transhumana” y “propiedad del dueño de la patente” según el derecho internacional. Pero todo esto es falso.
Dado que las vacunas no alteran el material genético de las personas, nadie se convertirá en “transgénico” o “transhumano”. Esto lo habíamos chequeado el año pasado a raíz, también, de declaraciones de la médica Brandolino.
En todo caso, vale decir que ni en la Declaración Universal de Derechos Humanos ni en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre ni en la Convención Americana sobre Derechos Humanos ni en ningún documento del derecho internacional consta alguna cláusula que contemple la posibilidad de que una persona le pertenezca a un laboratorio luego de ser vacunada.
Hoy más del 61% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de las vacunas y no se conoce algún tipo de acciones por parte de los laboratorios para reclamar propiedad de personas inoculadas. Tampoco por parte de pacientes.
Chinda Brandolino ha difundido desinformación en temas de interrupción voluntaria del embarazo, de la pandemia y de vacunas. Además de haber sido chequeada por La Silla, nuestros colegas de AFP, Chequeado y Salud con Lupa también han verificado en varias ocasiones falsa información compartida por ella.
Por todo lo anterior, hemos calificado la información del video como falsa.
Si tiene dudas sobre la veracidad de un contenido que circula en redes sobre el coronavirus o las vacunas, escríbanos al +57 3183124521. Haremos lo posible por chequearlo.

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