Eso es cierto, pero con salvedades.
Ese miércoles, en la instalación del nuevo Congreso, Iván Duque dio su último discurso como presidente. Dedicó el corazón de los 40 minutos de su discurso a presentar logros puntuales de su administración, más que a explicar cuál es la visión unificadora de lo que hizo.
Le pasamos el Detector de Mentiras a 12 afirmaciones de logros, las más centrales, y encontramos que en la gran mayoría el saliente presidente infló los resultados, ya sea porque dio por cierto algo debatible, porque dijo algo errado o, de forma más común, porque dejó de lado alguna salvedad importante que muestra que los resultados no son tan halagüeños.
Esta fue una de sus afirmaciones:
1. “Regularizamos más de 1,3 millones de hectáreas y entregamos más de 50 mil títulos de propiedad rural”: cierto, pero.
El último informe de resultados de la Consejería para la Estabilización y Consolidación indica que hasta el 21 de mayo la Agencia Nacional de Tierras había regularizado más de 1.319.000 hectáreas de tierras y se han expedido más de 50.000 títulos.
Pero según el Observatorio de Tierras Rurales del Ministerio de Agricultura, hasta la misma fecha se habían regularizado 1.139.757 hectáreas y se habían entregado 48.661 títulos. Es decir, el mismo gobierno no tiene claridad en sus cifras, aunque una de las fuentes sustenta lo dicho por Duque.

Con el Acuerdo de Paz el Estado se comprometió a hacer una reforma rural integral. Entre otras medidas, crea un Fondo de Tierras para ayudar a democratizar la propiedad rural.
Legalizando (entregando documentos de propiedad a quienes ya poseen tierras) 7 millones de hectáreas.
- Adjudicando (dando tierras a quienes no tienen) 3 millones de hectáreas.
- Para cumplir con lo pactado, el Estado tiene un plazo que vence en 2028.
Pero esa gran promesa está lejos de cumplirse, como mostró el instituto Kroc en su informe más reciente sobre la implementación del Acuerdo, publicado en junio: solo el 18 por ciento de los compromisos del punto de reforma rural está terminado o avanzado más allá de lo mínimo.
Como La Silla reveló en esta investigación, la mayoría de las tierras presentadas como adjudicadas a campesinos sin tierra, para cumplir la meta de 3 millones de hectáreas adjudicadas que es diferente a la de las legalizadas, sin terrenos legalizados a quienes las poseían y usaban hace años. Y las pocas que se han entregado a personas que no tenían acceso a tierras, tienen extensiones muy por debajo del estándar que necesita una familia para poder vivir de ellas.
Aquí puede leer el chequeo completo.

La Silla Vacía es parte del International Fact-Checking Network (Ifcn), la alianza global de verificadores de datos. Como parte de la alianza, firmamos y acatamos un código de principios, que pueden conocer acá