Durante las dos décadas que estuvo al mando de la revista, Semana publicó muchas de las investigaciones periodísticas que cimbronearon el poder en Colombia: denunció la parapolítica, las chuzadas y la corrupción en el DAS, las chuzadas en el Ejército, el “hacker” de la campaña de Óscar Iván Zuluaga, para mencionar algunas. Eso además de los análisis políticos semanales. 

En su primera década en la revista, Santos le apostó a reforzar el periodismo independiente y a la creación de varias revistas en Publicaciones Semana. 

En la segunda, dedicó muchos de sus esfuerzos a encontrarle un modelo de negocio alternativo a la publicidad, siendo pionero de los foros que amortiguaron el golpe de Internet a la sostenibilidad de los impresos – aunque, a la vez, le crearon más potenciales conflictos de interés.

Con la llegada del nuevo socio a la revista, y de la apuesta digital de la mano de Vicky Dávila, Santos fue perdiendo influencia.

Hace un mes había pasado a la dirección del Grupo Semana, y hoy dejó a la revista y el Grupo.

Con su salida y la de Ricardo Calderón, el periodista estrella de Semana, termina una era de la revista