Después de seis semanas de socialización el Gobierno de Iván Duque presenta su segunda  reforma tributaria, después de la pandemia. La última, presentada en abril, impulsó el paro más largo en la historia reciente y le costó el puesto al ministro de Hacienda de entonces, Alberto Carrasquilla. 

Por eso el nuevo ministro, José Manuel Restrepo, tuvo una aproximación distinta con esta reforma. Desde la misma presentación, con un público de empresarios y líderes gremiales de alrededor de cien personas, de manera presencial en la plaza de armas de Casa de Nariño y con la presencia del presidente Duque. 

En lo sustancial también. Esta reforma no será tan grande como la anterior, que buscaba recaudar más de 23 billones de pesos. Le apunta a recaudar alrededor de 15 billones a partir de 2022, una cifra más modesta, pero aún ambiciosa comparada con otras reformas del pasado. 

“El consenso deben ser los vulnerables”, dijo Restrepo en su presentación de la reforma bautizada ley de Inversión Social.

La reforma fue concebida después de más de un mes de foros y consultas. Hoy no se presentará el articulado, sino las líneas generales, por lo cual detalles claves no serán aclarados hoy. El ministro Restrepo adelantó que sería un texto de 35 artículos, que radicarán en el Congreso el próximo 20 de julio.

El grueso del recaudo vendrá de:

  •  Acoger la propuesta de la Andi para revertir algunos de los beneficios tributarios que dio el Gobierno a las empresas en su reforma tributaria de 2019. Es decir, aumentará el impuesto de renta a las personas jurídicas, se quitará el beneficio que les permitía descontar de su declaración de renta el Impuesto de Industria y Comercio (ICA). El ministro estimó que estos cambios darán 6 billones de pesos al fisco. 
  • También esperan recoger 2,7 billones de pesos por cuenta de un nuevo plan para frenar la evasión de impuestos y un plan de austeridad que busca recortar del gasto 1,8  billones de pesos. 
  • Un congresista que está enterado del tema le confirmó a La Silla que habrá un nuevo plan de normalización de activos, para las personas que tengan bienes ocultos de la Dian. 
  • También incluirán artículos para facilitar la venta de activos incautados que están en manos de la Sociedad de Activos Especiales. 

A diferencia de la pasada tributaria de Carrasquilla, esta no tocará a la clase media, a través del impuesto de renta a más personas naturales o el aumento del IVA. “Estamos en un contexto en el que debemos ser extremadamente cuidadosos de no tocar a las clases vulnerables”, dijo Restrepo, reflejando las cicatrices frescas del paro. 

Pero, tampoco subirá los impuestos para los más ricos, ni a través del impuesto de renta o el impuesto al patrimonio, que pagan los superricos del país. 

No tocar estos puntos puede facilitar la discusión en el Congreso, pues en la reforma anterior, presentada por Carrasquilla, fueron los aspectos más criticados. 

En cambio, la nueva aproximación se apoya en los impuestos a las empresas, y en propuestas, aún vagas, de reducción de gasto y mayor recaudo.

Plata para lo social

La reforma de Inversión Social toma su nombre del énfasis que el Gobierno le ha puesto a la destinación de sus gastos. Aunque una parte irá a pagar la abultada deuda pública que tiene el Estado, también incluirá artículos para ampliar programas que se crearon con la pandemia. 

Por ejemplo, el subsidio a las nóminas de las empresas afectadas, programa conocido como Paef, y el Ingreso Solidario, el programa que da transferencias de plata a personas vulnerables que no reciben apoyos de otros programas del Gobierno. Además, se incluye el subsidio a las matrículas en universidades públicas para los estratos 1, 2 y 3, conocidas como Matrícula Cero. 
 
Aunque aún faltan detalles, para el déficit fiscal histórico que tiene el país —que ha asumido gastos adicionales por la pandemia y sufrió la recesión económica más profunda de su historia— la reforma que presenta ahora Restrepo es un parche temporal a las finanzas públicas, y no una reforma estructural.