En el Club El Nogal de Bogotá, uno de los sitios emblemáticos del conflicto porque el 7 de de febrero del 2003 las Farc pusieron una bomba que mató a 36 personas y llevó la guerra a Bogotá, hoy es un martes como cualquier otro. En el piso 11, un par de personas nadan antes de ir a trabajar y en el restaurante unas 20 personas desayunan acompañados de un televisor apagado.

Abajo, la entrada al club tiene los mismos retenes que instalaron después del atentado y el monumento que los conmemora sigue mostrando, con la misma luminosidad de siempre, la ubicación de la tierra y las estrellas a la hora y fecha de la bomba.