Pasadas cuatro horas de la sesión, se debe decretar sesión permanente, pero eso implica una votación. Así que si el Presidente de la Cámara quería que continuara la sesión debía someter a votación tanto el orden del día, como la sesión permanente.
El expresidente de la Cámara, el liberal Alejandro Chacón, le dijo que la sesión se iba a terminar porque no se podía votar la sesión permanente y Cuenca acabó contradiciendo su argumento inicial y permitió que votaran.
Así que el orden del día quedó como estaban inicialmente y tendrán que poner a consideración la votación de las actas, luego de que hablen los congresistas, a pesar de que Cuenca consideraba que se podía estar violando el reglamento del Congreso.