Ricardo Torres, 76 años, secretario general del Partido del Trabajo en Medellín, lleva una gorra blanca con una bandera de Cuba y una bandera de Colombia en su mano. Lo acompaña Miguel Garzón, un pensionado del Banco de la República también con muchos años en la izquierda.

Cerca a ellos, hombres y mujeres mayores con perfiles parecidos: militantes curtidos con camisas y banderas de Comunes, Colombia Humana y de sindicatos antioqueños.

 

La base tradicional de izquierda es el grueso de la marcha pro-gobierno en Medellín. “Gustavo Petro ha logrado aglutinar a la izquierda con sectores políticos tradicionales y otros sectores alternativos como los de Daniel Quintero”, dice Torres.

De últimos en la marcha avanzan los miembros de Independientes, el grupo político del alcalde de Medellín. “Siempre Fashion, nunca facho”, dicen sus camisetas. Son más jóvenes que el resto, aunque van uniformados como la izquierda tradicional.

“Tenemos un alcalde que votó en 2018 por Gustavo Petro y que hoy está en la línea de la transformación y del cambio”, le dijo el congresista Alejandro Toro, listo para marchar, a La Silla.

También está el grupo político de la representante Luz María Múnera, que la semana pasada fue objeto de ataques por parte del quinterismo. Van con camisas del Polo Democrático, el partido en el que Múnera ha militado. “Uno no puede salir con mentiras contra una congresista que lo está haciendo bien. Tenemos muchas diferencias en temas como Hidroituango y Une, pero este nuevo período político nos ha permitido dialogar”, le dijo a La Silla Juan David Gómez, de la UTL de Múnera.

Pero por fuera de estas rencillas al interior del progresismo en Medellín, hay un ambiente de celebración por los primeros 100 días del Gobierno Petro.

Los integrantes de Comunes muestran banderas con rostros de jefes guerrilleros, miembros de organizaciones Lgbti se acercan a la prensa para ser escuchados y hombres y mujeres bailan salsa mientras reparten hojas impresas con arengas a favor del Gobierno.