Producto de la crisis por la pandemia, 127 familias de esa comunidad indígena llevaban cerca de un año viviendo en la calle.

Hace unos meses fueron ubicados en un centro comunitario de Bogotá y finalmente hoy la Alcaldía de Bogotá, junto con la Alta Consejería para la Paz y la Unidad de Víctimas lograron su retorno a Risaralda, de donde son oriundos.Esa gestión costó casi 5 mil millones de pesos.

Aquí una historia en la que contamos su tragedia.