El documento ha generado un gran debate, al punto que tras su publicación ciudadanos y ambientalistas salieron a protestar en Glasgow, Escocia, donde se realiza la COP26, para reclamar un compromiso mayor de los países frente al cambio climático.

Lo más importante

Contiene ocho puntos que son las líneas claves de discusión. 

  1. Ciencia. Reconoce que es clave para saber los impactos del cambio climático. Y, luego de los resultados del último informe del IPCC, dice que es urgente que los países se pongan metas más altas. 
  2. Adaptación. Para que los países puedan prepararse para los efectos inevitables del calentamiento global. Es uno de los puntos más importantes para Colombia, que aunque no es un gran emisor, sí es de los más vulnerables al aumento de temperatura. Recuerda que varios países no le han presentado a la ONU su plan para adaptarse.
  3. Financiación. Reconoce que la plata que hay para adaptación no es suficiente, y que los países en desarrollo necesitan apoyo de los ricos. Eso se había conversado en 2015, cuando se acordaron 100 mil millones de dólares anuales para la acción climática, pero los países desarrollados no han cumplido y no se sabe cómo ni a quiénes se les va a dar apoyo. Lo que pase esta semana es clave. 
  4. Mitigación. Reconoce que, con las metas globales actuales, el aumento de temperatura sobrepasará los límites que puso el IPCC. Por lo general esto se discute en privado y es a lo que los países desarrollados más le hacen el quite.
  5. Finanzas y transferencia de tecnología. Les asigna responsabilidad a los países desarrollados para financiar la adaptación y mitigación de los más pobres. 
  6. Pérdida y daño. Pide que la financiación le apunte a que los daños del cambio climático no sean más graves de lo que ya han sido.
  7. Implementación. Las acciones tienen que ser inmediatas. 
  8. Colaboración. No solo dice que los países tienen que ayudarse entre sí, sino que es necesario trabajar con la población civil y los pueblos indígenas y afro.

Las críticas

Expertos y ambientalistas están inconformes porque el documento no se mete con temas claves y porque los países no son más enfáticos en aumentar sus compromisos.

Por ejemplo, ya se sabe que la decisión final (que se conocerá el viernes) no establecerá metas mínimas de energías renovables, pues ni se toca en el borrador. El lío es que si los países quieren emitir menos necesitan transformar su matriz energética.