“Voté por el primer huevón que me saliera”, dijo una señora mayor en el metrocable de Santo Domingo, un barrio popular al nororiente de Medellín. En la ventana de la cabina destacaban, sobre los tejados de las casas, mensajes alusivos al exgobernador Luis Pérez, quien fue abucheado a la entrada de su puesto de votación, en Laureles.

En Eafit, al sur de la ciudad, un grupo de señoras hablaban de “roedor” para referirse al exconcejal Albert Corredor, uno de los candidatos a la Alcaldía de Medellín más asociados a la administración saliente del exalcalde Daniel Quintero. 

Tanto Juan Carlos Upegui, como Federico Gutiérrez, los dos candidatos que puntean, llegaron a votar con sus respectivos grupos de animadores, que los vitorearon en sus puestos de votación. Y aunque Gutiérrez fue recibido con alegría, los votantes de otros candidatos, como Gonzalo Lalinde, lamentaron la muy probable vuelta de la derecha en Medellín. Upegui, por su parte, tuvo que escuchar algunos chiflidos en el barrio Trincentenario, a donde llegó con Quintero a votar.

Resignación y desconfianza en el Valle de Aburrá

“Esto lo manejan los liberales. A la gobernación voté por Luis Pérez que, entre los malos, es el menos malo”, dijo Camilo Arango, un hombre de 50 años en el barrio La Paz, en Envigado, el fortín de los liberales encabezados por el cacique Héctor Londoño. 

En Bello, al norte del Valle de Aburrá, el sentimiento dominante fue el de la desconfianza. En este municipio hubo irregularidades en diferentes puestos de votación. Se trata de un lugar en el que los últimos dos alcaldes no han podido terminar sus períodos por problemas judiciales.