Buenos días. Soy Natalia Arbeláez, editora de La Silla Académica. Estaré contándoles las noticias importantes de hoy domingo, cuando se cumplen 12 días de cuarentena en el país. 

¿Qué pasó?

A partir de hoy todas las personas que usen Transmilenio, buses, taxis y en general medios de transporte masivo, y quienes vayan a lugares concurridos como supermercados, plazas de mercado, bancos y droguerías, deben ponerse tapabocas convencional (el desechable o alguno de tela). Así lo determinó el Ministerio de Salud, algo que pone en aprietos a quienes todavía no tienen, porque en muchos lugares llevan varias semanas agotados. Yo tuve, por ejemplo, que pedir unos por groupon que pueden tardar 10 días en llegar, porque no encontré en droguerías en Bogotá.

Contexto:

Hasta este viernes la OMS y la mayoría de expertos habían repetido hasta la saciedad que solo las personas que tuvieran síntomas de gripa y el personal de salud debía usar tapabocas. Usarlo sin necesidad, por un lado, creaba una falsa sensación de seguridad que podía hacer que la gente dejara de guardar la distancia de un metro o más entre personas o lavarse las manos. Además podía hacer que por acomodárselo, terminaran tocándose la cara constantemente, y lo más grave: que hicieran que los tapabocas escasearan y el personal de salud se quedara sin acceso. 

Pero con la entrada a la fase de mitigación en la que ya no se puede establecer la cadena de contagio del virus, por lo que se presume que está en el ambiente, y además, hay personas con el virus que no tienen síntomas, la OMS y los CDC (centros para el control de enfermedades) en EE.UU. informaron que usar tapabocas podía ayudar a prevenir sobre todo que contagiemos a otros. 

En todo caso se insistió que los N95 que son los que dan mayor protección deben dejárseles al personal de salud.