Hoy se reunieron el presidente Gustavo Petro y el presidente del Senado, Iván Name. El tema fue la agenda legislativa que el Gobierno quiere retomar en este segundo año, y que va desde las reformas sociales (salud, pensión y laboral) hasta nuevas reformas como la de la educación y los servicios públicos.

Este era un encuentro esperado porque Name ganó la presidencia del Senado contra los intereses del Gobierno, que se la jugó hasta último minuto por Angélica Lozano.

No obstante, el encuentro terminó en buenos términos, según dijo Name a los medios que lo esperaban al salir de la Casa de Nariño. “Estoy seguro y le digo al país que las ramas del poder público nos entenderemos, que la inteligencia va a primar la buena voluntad y el deseo de que entre todos acertemos para que podamos darle a nuestra nación en los ajustes a su estado la mejor ruta para su porvenir. Le apostamos al éxito, no al fracaso de nuestro tiempo”, dijo.

En ese sentido, dijo que el pulso por la elección de la Presidencia del Senado quedó atrás. “Nuestro tiempo exige madurez, adultez, respeto interinstitucional, el análisis detenido de las propuestas, no solamente del gobierno sino del Congreso como tal y seguramente así tendremos el éxito para aportarle a nuestra época”, añadió.

El pragmatismo político de Name

Históricamente, Petro y Name han sido rivales. Petro lo ha señalado a Name de liderar un “clan” de la política tradicional que sobrevive de la “mermelada” burocrática, de alinearse con gobiernos de derecha y representar la antítesis de la anticorrupción. Y el senador costeño ha respondido tildándolo de “extremista” y populista”.

Pero, paradójicamente, esa misma condición de político tradicional de Name, con la que se ha mantenido durante cuatro periodos en el Congreso con votaciones que no superan los 40 mil votos, es la que le puede ayudar a tender puentes con Petro.

Sobre esa relación que se abre paso les dejo esta nota