Así lo reveló un estudio publicado en la revista Nature esta semana, y que fue referido en un artículo del New York Times hoy.  

El estudio, que recogió muestras de dióxido de carbono y de monóxido de carbono en 600 vuelos entre 2010 y 2018, dice que las causas de esto han sido la deforestación y el crecimiento en las temperaturas, especialmente en la región del suroeste del Amazonas, en Brasil. Un hallazgo que preocupa por sus efectos en otros fenómenos, como el ciclo del agua: un 35% de las lluvias de la región estarían asociadas a los árboles de este bosque. 

Pero esto también es importante para el país porque Colombia, que comparte una parte de la región tropical del Amazonas, también ha mostrado patrones de deforestación por estas mismas razones, como contamos recientemente a propósito de la construcción de una carretera en el sur de Guaviare.