Las empresas privadas ya habían empezado a vacunar a sus empleados desde el 4 de julio. Los privados habían comprado 2,1 millones de dosis de vacunas. 

Ahora podrán aplicarlas también a personas que no hacen parte de la empresa, como aquellas que viven en lugares donde las empresas tienen responsabilidad social con las comunidades o a familiares de empleados.