Ayer, fueron encontrados con vida los cuatro niños de 13, 9, 4 y 1 año de edad que estaban perdido en la selva del Guaviare desde el 1 de mayo, tras el accidente de una avioneta en la que iban con otras tres personas que fallecieron al momento del siniestro.
Los niños fueron encontrados por los indígenas que trabajaron de forma conjunta con las Fuerzas Militares en lo que llamaron la “Operación esperanza” para dar con el paradero de los menores.
La búsqueda de los menores
Fueron 40 días de búsqueda en los que 20 fueron de un trabajo conjunto entre Fuerzas Militares y guardia indígena.
El Ejército fue el que empezó con la búsqueda. Una de las primeras estrategias fue poner audios desde un helicóptero con la voz de la abuela de los niños hablando su lengua, pidiéndoles que se quedaran quieto y advirtiéndoles que los estaban buscando.
Luis Acosta, coordinador de la guardia indígena, aseguró que ellos entraron a buscar a los niños unos 20 días después del accidente.
“Fue el presidente Petro el que ayudó a unirnos. En una primera reunión, después de los ocho días de empezada la búsqueda, el presidente nos dijo que teníamos que salir en conjunto porque el Ejército no iba a lograrlo solo. Nos organizamos, coordinamos y empezamos”, contó.
En la operación participaron unas 200 personas: 84 guardias indígenas que de departamentos como Caquetá, Putumayo, Meta y Amazonas y más de 100 militares.
Acosta cuenta que con la tecnología de GPS y teléfonos satelitales del Ejército y con los conocimientos del territorio y los saberes ancestrales, como rituales antes y después de iniciar los recorrido en la selva, crearon una dupla que dio los resultados esperados.
Los indígenas coordinaron con el Ejército la distribución de campamentos, de zonas para dormir y descansar y todos los días hacían un reporte conjunto sobre lo realizado.
Hoy, Petro celebró el trabajo conjunto:
El encuentro de saberes: indigenas y militares.
El encuentro de fuerzas por un bien común: guardia indígena y las fuerzas militares de Colombia.
El respeto a la selva.
Aquí se muestra un camino diferente para Colombia: creo que este es el verdadero camino de la Paz.
Aquí hay una… pic.twitter.com/Xl77iArFa6— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 10, 2023
El día a día
“En la selva, de 5 de la mañana a 5 de la tarde anda el hombre. De 5 de la tarde a 5 de la mañana andan los espíritus. Esa es la norma. Teniendo en cuenta eso armamos la agenda – dice Acosta-. Organizábamos la comida propia y la comida espiritual (como el mambé y el chirrinchi) para que nos diera fuerza espiritual y nos protegiera de la selva”.
Cuenta que también andaban con machetes y aerosoles dejando marcas para que los niños se guiarán o pequeñas “trampas”, como troncos cortados o ubicados en lugares estratégicos, para rastrear si pasaban cerca a ellos.
También se cruzaron saberes medicinales para atender espinas enterradas en ojos y manos, picaduras de zancudos o garrapatas, agotamiento y dolores de cabeza o espalda.
Al final, los niños fueron encontrados por un guardia indígena.
Por ahora sigue la búsqueda conjunta para hallar a Wilson, el perro que fue clave en la operación.
Los niños
Acosta afirma que los niños sobrevivieron comiendo pepas, raíces, semillas y plantas que identificaban y sabían que eran comestibles; de la comida que se regó en la avioneta en la que viajaban y de los alimentos que fueron lanzados por las Fuerzas Militares desde los helicópteros.
Los menores fueron trasladados a Bogotá y, aunque tienen desnutrición, están estables y no tienen virus ni infecciones.