4. Ya han fallado propuestas para que el Estado les compre directamente a campesinos
Regresando de su viaje a Portugal, el presidente Petro anunció, entre otras posibles medidas, que la cadena de supermercados Ara (que abrirá 230 nuevas tiendas en el país en 2023) pueda comprarles directamente los productos a campesinos colombianos, saltándose a los intermediarios entre el supermercado y el productor.
Para el economista Duván Ramírez, esta es una propuesta que recuerda a la creación, durante el mandato de Carlos Lleras Restrepo, del Instituto de Mercadeo Agropecuario (Idema), que se encargaba de la regulación del mercadeo de productos agropecuarios. A grandes rasgos, lo que hacía el Idema era comprarle a precios rentables al productor, para luego vender, almacenar, y, en ocasiones, exportar esos productos.
“En una época se veían en el país los supermercados del Idema, que compraban productos agrícolas a campesinos a precios que garantizaban que recuperaran el costo de producción. Uno podía ir a esos supermercados estatales, donde incluso se conseguían alimentos importados que el Estado adquiría directamente”, dice Duván Ramírez.
Pero, para el economista, justo el Idema deja unas lecciones sobre los límites de una propuesta como la que le hizo el presidente a los supermercados Ara.
“La liquidación del Idema en 1994 obedeció a que le generaba pérdidas al Estado desde 1973, por los costos que asumía con el almacenamiento de las cosechas y las diferencias en los precios a los que vendía los alimentos frente a los precios a los que los compraba”, dice el economista.
Para Duván Ramírez, precisamente, esto muestra que no se pueden sacar tan fácilmente los intermediarios de la cadena de comercialización de los alimentos.
“Yo creo que el presidente busca volver un poco a eso, pero en ese proceso desconoce el papel fundamental que tienen los intermediarios. Es cierto que hoy en día la cadena de intermediación se ha vuelto mucho más larga y eso se refleja en el fenómeno de que cuando los campesinos van a la plaza de mercado “les bautizan la carga”, y les fijan un precio con el cual se vende el plátano o la papá, por ejemplo”, dice.
Pero, para el académico, no se puede desconocer que la intermediación le va agregando valor a la carga, porque cumple funciones importantes como permitir que alimentos como la papa o la mora estén disponibles en las tiendas o en sitios de acopio.
“Ubicar el producto en una cadena de suministro es algo que tiene un costo y eso no se puede obviar. Por ejemplo, cuando uno va al Meta, los campesinos en el sector de Lejanías llevan el producto a unos centros de acopio, precisamente porque les cuesta mucho llevar su carga hasta una plaza grande de mercado.
Por lo que los centros de acopio son un paso de intermediación necesario: llevan el producto a Corabastos, y a veces hacen el trabajo de madurar el producto, asumiendo costos propios”, dice Ramírez.