Muchas de las personas de clase media negra en ascenso tuvieron cargos de representación política desde los años 40 del siglo XX. En ese sentido lo que está pasando no es una novedad.
La novedad es presentarse ya no en nombre, por ejemplo, de los partidos tradicionales, del Partido Liberal o el Partido Conservador —que en todo caso sigue ocurriendo—, sino de una perspectiva antirracista.
Yo creo que la palabra antirracista no se utilizaba en Colombia hace apenas tres años. Sólo se puso en el radar noticioso a raíz de lo que sucedió con George Floyd en Estados Unidos, con el movimiento de Black Lives Matter y las luchas antirracistas globales.
Con la pandemia, que mostró que todos no fuimos afectados de la misma forma, también se habla por primera vez del racismo institucional, algo que no hacía parte del vocabulario ni político ni académico, ni del de los medios de comunicación locales.
Por eso que en la campaña aparezcan menciones al antirracismo es inédito. También lo es que ahora la gente negra se represente a sí misma como un poder, con un potencial político, y que los políticos tradicionales intenten ganarse el voto afro como un voto particular. No porque no haya habido participación política previa, sino porque se ha cualificado, ha habido una politización de la pertenencia étnica
Eso cambia las posibilidades de ascenso social para la gente negra en Colombia en el futuro, porque hasta ahora han sido posibilidades individuales: ‘Está bien que alguien de la familia se destaque y tenga un cargo público, pero que ya toda la familia se destaque es complicado’, y mucho menos que pretendan hacer alguna reivindicación, por ejemplo, crear una asociación profesional con tintes étnicos.
O sea, en Colombia ha sido muy difícil pensar en asociaciones profesionales de negros comolas que existen en Estados Unidos,. La representación afro hace rato que existe allá porque está muy ligada a la lucha por los derechos civiles, por lo menos desde los años 60; acá ha sido un proceso que arrancó con la multiculturalidad que estableció la Constitución del 91.