Descriptivamente, y sin riesgo de hacer una interpretación salvaje como las que tanto critico, es evidente que en muchas partes la gente expresa que el miedo y la desconfianza hacia alguno de los dos candidatos es su motivación para votar por el otro. Esos son los dos sentimientos que están inundando al país.
Es curiosa la salvedad que casi todos hacen: ‘no soy petrista, pero voy a votar por Petro porque Rodolfo tal y tal cosa’. E igual con Rodolfo.
Como psicoanalistas estamos acostumbrados a contactar con las emociones, las registramos con mayor facilidad. Y por otro tipo de evidencias, sabemos que el miedo y la desconfianza bloquean la capacidad de entendimiento, reducen la posibilidad de razonar y profundizar de las personas.
El psicoanálisis frente a este tipo de situaciones ofrece la doble función de acoger las emociones, acolchonarlas, y permitir, a su vez, que el conflicto siga avanzando.
El conflicto es la esencia de la vida individual y de la vida social.
Por eso muchos psicoanalistas sentimos cierta desconfianza de esta palabra posconflicto, porque siempre entendimos lo contrario: que la confrontación armada, la guerra, trancaba el desenvolvimiento del conflicto social. Entonces tan pronto se lograra neutralizar al menos parcialmente el conflicto armado, el conflicto social se haría evidente. Y así ocurrió con el estallido social de 2019 en adelante. Se puso al país en el diván y todos empezaron a decir cosas: la primera línea, los de derecha. Los de izquierda.
Haciendo la analogía con nuestros consultorios, cuando la gente logra hablar y decir lo que piensa su vida se le conflictúa más. Los pacientes se quejan: ‘yo estaba muy tranquilo en mi matrimonio y me empecé a psicoanalizar y se me enredó todo’.
La gente a veces pide que no se le metan con algo, con sus creencias religiosas, por ejemplo. Pero eso es incompatible con psicoanalizarse: las resistencias se esconden en cualquier lugar que uno les dé. No se puede establecer una excepción. Es como si la Policía dijera: ‘nunca se perseguirá un ladrón en la catedral’. Allá irían a parar todos.