Una política económica acertada busca que los sectores de la economía se hagan más productivos y que sea sostenible el uso de recursos naturales, y no descansa principalmente en subsidios para las personas, pues esto las hace dependientes de estos. Requiere, como sostiene mi maestro Clemente Forero en la Misión de Sabios, de inversión fuerte en ciencia y tecnología. Hizo esta reflexión al respecto.
Mazzucato precisamente crítica a muchos gobiernos de izquierda que piensan solo en redistribuir y no en cambiar las estructuras de producción-distribución (dos cosas que son inseparables en una economía), para producir más y generar más bienestar.
Esto, por supuesto, va en contravía de políticas como la de pleno empleo que ha prometido el Gobierno entrante, que dice que contrataría a las personas para pequeñas obras de impacto veredal o barrial y programas de convivencia para reducir la violencia. Pero los costos de un programa así serían enormes teniendo en cuenta que, según datos del Dane, para enero de este año había en el país 3.5 millones de personas desempleadas.
Una cosa es tener una base de subsidios para poder aliviar las necesidades sociales a gente que es desvalida, que no tiene la oportunidad de una alimentación básica y otra es crear valor social. Colombia las ha tenido con Familias en Acción, Bono Solidario en Ecuador, Argentina con Familias por la Inclusión Social, Bolsa Família en Brasil, Panes en Uruguay o Puente-Chile Solidario, pero no se les da capacidades a la gente para solucionarse por sí mismos su calidad de vida, y es allí donde la ciencia y la tecnología tienen mucho que aportar.
En resumen, es cierto que en el plan de gobierno de Petro no se ve reflejada la idea de un Estado emprendedor tan claramente, como sí se ha venido discutiendo en estos días con sus guiños a Mazzucato y su elección de Ministro de Hacienda. Creo que sería mejor si ahora que está en el gobierno le apuesta a políticas de un Estado emprendedor más que a uno asistencialista.