1. Los líderes antisistema rompen la distinción izquierda/derecha
Una tendencia que ha aparecido en el continente es la emergencia de un tipo de opciones políticas que juegan a ser outsiders del sistema de partidos, que descansan mucho en el uso de redes sociales, y que no se dejan inscribir en los registros de izquierda o derecha tan fácilmente.
Es el rasgo, por ejemplo, de Nayib Bukele en El Salvador, que ha logrado una mayoría absoluta en el parlamento, tiene un gran apoyo del electorado y aunque viene del sistema de partidos, se salió de él y traicionó el status quo con un discurso de ruptura.
Colombia estaría conociendo a este tipo de líder con Rodolfo Hernández. “Semejante a Bukele –a quien admira–, Rodolfo está intentando proponer una desintermediación del sistema político, busca acelerar los tiempos políticos y tener una relación más directa con su electorado”, dice Miguel Gomis, a quien le parece que es un error ver a Hernández como una ficha más del giro a la derecha:
“Rodolfo no es un político más del giro a la derecha en la región. No tiene un discurso ideológico vertebrado y no está conectado con las coaliciones internacionales del neoconservadurismo, que sí tienen ejes vertebradores en términos ideológicos y conectan a personas como Trump con Bolsonaro en posiciones morales. Rodolfo no tiene que ver nada con eso”, dice.
Para Carolina Cepeda, aunque los detractores de Petro lo han equiparado a Pedro Castillo en Perú, esta comparación es errada, pues Petro ha estado mucho más metido en el sistema político de Colombia: ha sido congresista y alcalde de la ciudad más importante, y, por tanto, no son comparables en ese sentido.
“A quien sí se parece Pedro Castillo es a Rodolfo Hernández. Castillo claramente tiene una base popular y propone políticas sociales, pero no necesariamente se deja leer como un personaje de izquierda. Es conservador en temas morales, se ha mostrado crítico del aborto y de ciertas identidades sexuales, una ambiguedad ideológica que también tiene Rodolfo. Y como Castillo, no es claro qué gobernabilidad podría tener si llega a quedar elegido como Presidente, dado que hace campaña castigando a los políticos en el discurso”, dice.
Para los autores, lo que hizo la crisis económica desatada por la pandemia fue acelerar ciertos procesos políticos que tal vez se habrían demorado más tiempo en ocurrir. Como, por ejemplo, con la llegada al poder de Xiomara Castro, en Honduras, a comienzos de 2022, que terminó de sancionar la muerte del sistema bipartidista normalizando la participación de partidos nacidos en el siglo XXI.
En el caso colombiano, esa crisis fue canalizada en las movilizaciones sociales del 2020 y el 2021, que son el contexto inmediato de estas elecciones.
“A mí puede que no me guste Rodolfo Hernández, pero yo sé que él le está hablando al oído a gente que se movilizó conmigo en 2021, y no es casualidad que no hayan llegado a la segunda vuelta los políticos de centro o del establecimiento que no tomaron posición frente a esas demandas”, concluye Carolina Cepeda.