El absurdo Proyecto de Ley de Gratuidad Total en matrículas de pregrado en Instituciones de Educación Superior Estatales (Iese), que aprobó la Cámara de Representantes el año pasado, se convirtió ahora en el de “Matrícula Cero”.
Y, según informa la prensa, está a un solo debate en la plenaria del Senado de convertirse en Ley de la República. La Comisión Sexta del Senado aprobó en días pasados el proyecto de iniciativa parlamentaria que, mediante incomprensible concepto del entonces Ministro Gaviria, pasó de “gratuidad total” para los jóvenes de estratos socioeconómicos 1, 2 y 3 a “matrícula cero” para todos los estudiantes; es decir, ahora cubriría también a los estudiantes de estratos 4, 5 y 6. La reforma menos “progresiva” que se podría diseñar.
El concepto de gratuidad total quedaría ahora para incluir, además de la matrícula, auxilios adicionales de distinto tipo para los estudiantes (auxilios de transporte, alimentación, etc.) que desarrollaría en el futuro el Ministerio de Educación “de forma progresiva, de acuerdo a la disponibilidad presupuestal anual” favoreciendo a las poblaciones más necesitadas.
Se estima que la “matrícula cero” le costaría dos billones de pesos al año a la nación. La Comisión Sexta desoyó los llamados de atención sobre los serios inconvenientes de ese proyecto.
Este proyecto tiene, entre otros, dos inconvenientes muy graves.
1. Las matrículas de los estudiantes de estratos más bajos ya están subsidiadas, en porcentajes muy altos, por las transferencias del gobierno nacional a las Iese. En virtud de los sistemas de liquidación del costo de matrículas en las universidades estatales, la nueva ley iría a beneficiar fundamentalmente a los estudiantes provenientes de los estratos más ricos de la sociedad.
Este año, en la Universidad Nacional de Colombia, por ejemplo, los estudiantes más pobres no pagan nada o pagan cantidades muy bajas, que empiezan en menos de $200.000 por semestre.
Los más ricos, aunque también reciben subsidios, pagan alrededor de $11.500.000 por semestre, sin importar la carrera que cursen. Con la nueva ley, ninguno pagaría nada. En un sistema económico que se caracteriza por asignar pésimamente los subsidios, estaríamos agregando, tal vez, el de peor focalización.