Repensando los carnavales desde la institucionalidad
Aparte de la irrupción de nuevas actividades festivas, las cuales dignifican el trabajo de los hacedores festivos con un sentido participativo en “Perrateando en Carnaval” y la noción de sororidad e inclusión que le impregna el CaribeFemFes, pueden existir más eventos que se escapan a este recorrido.
Además, la presencia de los bailes tradicionales en los barrios populares de la ciudad cristalizan un sentido de carnaval por fuera del perímetro oficial y en donde, incluso, se puede considerar la existencia de dos carnavales: el de grandes eventos, el del palco, de “vitrina”, el mediático y ofrecido a los turistas por Carnaval de Barranquilla S.A.S. y el otro, el de los bailes populares, el del sur, entre barrios y esquinas, el “bordillero”, disfrutando la gente en los bordillos de los andenes.
La organización de los carnavales de Barranquilla se le ha cuestionado por fortalecer en cada versión un perfil comercial - privatizador, en donde los eventos festivos son cada vez menos accesibles para los locales, centrando la importancia en un circuito de bienes y servicios en una plataforma que favorezca el turismo, en donde empresas patrocinadoras salgan beneficiadas de las ganancias totales de la industria turística.
Ante esta ecuación, se han generado diferentes acciones en contra como el fallo del Consejo de Estado del 2020 rectificando una antigua acción popular en donde el Distrito de Barranquilla asume la administración y las ganancias del carnaval desde la entidad mixta Carnaval de Barranquilla S.A.S. con mayor participación de los hacedores festivos, ya que la Fundación Carnaval de Barranquilla estaba centrando tanto las ganancias como el manejo del carnaval con un fuerte perfil hacia el sector privado.
El impacto de este fallo de orden legal más las solicitudes y quejas de hacedores festivos y líderes comunales, cuestionamientos académicos y periodísticos, opinión pública en general, han forjado un viraje desde la visión institucional sobre la ejecución del Carnaval, acercándose más hacía los barrios con gran trascendencia festiva en la ciudad (Rebolo, Barrio Abajo, Las Nieves, Simón Bolívar, Soledad, entre otros).
En diciembre del 2022, dentro de las actividades de preparación de los eventos del carnaval, se presentó una reunión entre la entidad Carnavales de Barranquilla S.A.S. hacedores y gestores festivos, reinas populares de diferentes barrios de la ciudad, funcionarios de la Alcaldía de Barranquilla y la Policía Metropolitana para facilitar los permisos que requieren los eventos de carnaval en los barrios de la ciudad como las izadas de bandera, ensayos de los grupos folclóricos, coronaciones y bailes populares.
Un barrio festivo tradicional y popular en Barranquilla es Barrio Abajo, donde se desarrollan diferentes actividades y bailes tradicionales. Este año la gerente del Carnavales de Barranquilla S.A.S., Sandra Gómez, anunció como novedad dentro de la programación oficial del carnaval la realización del Festival de Orquestas en el Par Vial de la carrera 50 de Barrio Abajo, el domingo 19 de febrero.
Estas acciones contextualizan una mirada en retrospectiva del carnaval desde la institucionalidad, demostrando un interés de construir puentes e intereses entre los dos carnavales que subsisten en Barranquilla.
Sin embargo, es un inicio dentro de un arduo trabajo de organización y coherencia de pensamiento entre las bases barriales y la institucionalidad.
El presidente de la Fundación Cultural y Melómana Distrital de Barranquilla (WorldPicó), Lain Domínguez, considera que en los carnavales del 2023 se mantiene un tipo de “monopolio” desde la administración pública en cuanto la obtención de permisos para la realización de los bailes populares como son las verbenas y las k-z(s) concediendo los permisos a unos pocos barrios y negándolos en otros, lo cual facilita que estas actividades festivas se desarrollen de manera ilegal o se “camuflen” en los estaderos de la ciudad.