Desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre se llevará a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). Para esta ocasión, en su vigésima sexta versión, el punto de encuentro es Glasgow, Escocia, y contará con la participación de más de 120 líderes mundiales.

Para recordar, esta conferencia surgió en 1992 como parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), en la cual se estableció que todos los países debían comprometerse a realizar actividades para mitigar el cambio climático y buscar caminos para reducir las emisiones de efecto invernadero a nivel mundial.

En esta edición de la COP26 se espera que todos los países, incluida China, se sumen a la meta de reducir los gases de efecto invernadero para el 2030 y las cero emisiones de carbono netas para el 2050.

Además, de alcanzar los siguientes tres objetivos: primero, financiamiento climático para los países pobres que quieran hacerle frente a los impactos de la crisis climática; segundo, eliminación gradual del carbón para mantenerse dentro de 1,5° Celsius (China es el mayor consumidor de carbón del mundo) y el último objetivo, es impulsar soluciones basadas en la naturaleza.

Sin duda, esta cumbre de la ONU llega en un momento clave, dado que científicos han advertido el aumento de las temperaturas globales alrededor de 1,2°C y mediante informes confirman que las actividades humanas e industriales son las principales causas de este calentamiento. De igual forma, los impactos del cambio climático ya son fuertes en todas las regiones del planeta y diariamente esto se corrobora con las olas de calor, las sequías extremas, las inundaciones, el aumento del nivel del mar, entre otros.

Más preocupante aún, según expertos, si los gobiernos no actúan ya, será muy tarde e imposible llegar a la meta de reducción de las emisiones para el 2030 y, por consiguiente, no se cumplirá la de 2050.

Igualmente, los estudios afirman que ya algunos cambios son irreversibles. Por ejemplo, incluso con las emisiones bajas, las capas de hielo continuarán derritiéndose durante cientos o miles de años.

Por su lado, Colombia, no se queda atrás en la más importante cumbre climática mundial. Aunque el país solo es responsable del 0.,6 % de las emisiones globales, debe comprometerse de manera real en combatir la deforestación, en avanzar en la transición energética y cumplir con las metas planteadas en el Acuerdo de París.

Asimismo, por su posición geográfica, Colombia debe estar atento a la crisis climática actual ya que el 52 % de su superficie está cubierta por bosques biodiversos y según confirma el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, el país ha mostrado voluntad en la meta del carbón neutral con la reducción de hasta 34 % de estos gases para el primer semestre del año.

Sin embargo, mostrar cifras y asistir como actores en la COP26 no son medidas suficientes para hacerle frente a la crisis climática actual del país. Como es usual, el Gobierno enfatiza sus logros ambientales por medio cifras de reducción, radicación de proyectos de ley de acción climática y progresos en la transición energética, entre otros planes que se quedan en la intención y no llegan a la acción.

Sin lugar a duda, eso fue lo que hizo Duque con el Acuerdo de Escazú, que firmó en diciembre del 2019 y desde ahí los avances y los esfuerzos para su desarrollo ante el Congreso fueron escasos. Al igual que el compromiso del Gobierno Duque de reducir el 50 % de las emisiones de CO2, no es claro aún cómo se cumplirá esta meta.

Por ese motivo, para el contexto colombiano (y por supuesto el mundial) los discursos no deben ser repetitivos como en años anteriores, la naturaleza ya está exigiendo hechos y cambios urgentes para reducir el calentamiento global. También, se deben buscar estrategias para mitigar la crisis climática y asegurar recursos de compensación económicas para proteger los ecosistemas y claro de las comunidades que habitan esas zonas.

Para esta cumbre climática, las expectativas son altas y se espera que los compromisos no se queden en palabras y los avances sean concretos. Aunque tratados como el Acuerdo de París son hitos importantes para enfrentar la crisis climática, aún estamos lejos de cumplir la meta y cualquier aumento adicional para el planeta puede desencadenar peores extremos climáticos más intensos y frecuentes.

Como lo enfatizó Greta Thunberg en el evento “Fridays For Future”, como un pre-COP26: “La esperanza no viene del bla-bla-bla de los políticos, no viene de la falta de acción y de las promesas vacías…”.

Es investigadora en temas de transición enérgetica. Fue investigadora nacional de la organización Crudo Transparente. Estudió ciencia política en la Pontificia Universidad Javeriana. Sus área principal de interés es el impacto que tiene para las comunidades el desarrollo de las actividades de...