Columna escrita en coautoría con Leidy Cabezas, historiadora, magíster en Estudios Sociales y Políticos, coordinadora de la línea de Legados de Pacífico Task Force.
Desde la raíz: prácticas ancestrales desde la soberanía alimentaria

El Pacífico colombiano es uno de los territorios más biodiversos del país. Se pueden encontrar caudalosos ríos, selvas espesas y extensos manglares que posibilitan la vida de diferentes especies de animales y plantas.
Estos escenarios propician las bases de las dinámicas de los y las habitantes de la región: sus costumbres, su cultura y sus saberes ancestrales son el resultado de la relación con los distintos ecosistemas.
La población cuenta con una gran riqueza cultural que comparte de generación en generación. Sin embargo, históricamente, también han sido víctimas de un racismo sistemático que ha producido injusticias sociales que amenazan la vida y la soberanía alimentaria de estos territorios.
En esta ocasión hablamos con doña Silvia Magnolia Ordóñez Quiñones de la Asociación de Mujeres Concheras Raíces del Manglar, quien nos contó cómo se viene desarrollando esta práctica desde tiempos ancestrales.
Dentro de la biodiversidad que caracteriza este territorio se da la concha o piangua, un bivalvo que tiene como hábitat los bosques de manglar y es fuente de alimento de las comunidades del Pacífico surcolombiano.
Es por esta razón que un grupo de mujeres, llamadas concheras, generan ingresos a partir de la extracción de este molusco de los manglares. Aunque se trata de una práctica ancestral, fundamental para la cultura del territorio, las concheras no cuentan con condiciones laborales dignas y sus ingresos no les permiten salir del empobrecimiento, pese al arduo esfuerzo en su labor.
Preservando una tradición ancestral

Créditos: Mujeres Concheras Raíces del Manglar
Doña Silvia Magnolia nos cuenta que “la mayoría de las mujeres que participan de la actividad de la concha ancestral son mujeres que son víctimas de la violencia, mujeres desplazadas pero que traen ese saber que se les había impartido desde muy pequeñas. Esta recolección se hace de manera artesanal y para preservar el ecosistema se utiliza un repelente que es realizado de manera artesanal por las mismas mujeres”.
En su relato presenta que esta práctica tiene 3 momentos que componen la recolección de la concha: “Un primer momento va desde las 6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde. Se va a preparar cualquier plátano o lo que tenga en su casita, entonces lo lleva, su brasero, su canasto, bueno. Se va en canoa y ya se llega al sitio. Esto toma en llegar entre tres y cuatro horas, dependiendo de dónde vamos a conchar. Si vamos a conchar aquí en San Luis, es una media horita”.
Doña Silvia continúa relatándonos que una vez llegadas al sitio “cada una ocupa su espacio, pero estamos cerca la una de la otra, nos reímos, conversamos, cantamos, mejor dicho. Esta es una práctica muy maravillosa. Y también ellos. Otro momento es entre las 10:00 de la mañana y llega tipo 4:00 de la tarde. Y hay otro momento, en que una tiene que madrugar a las 3:00 de la mañana y llega a las 12:00 del día porque el agua empieza a subir a esa hora. Esos son los tres momentos dentro de la recolección de piangua”.
Esta práctica no solo les permite a las mujeres concheras obtener recursos económicos para su sustento y el de sus familias, sino que permite afianzar lazos de solidaridad entre las mismas. Lazos de solidaridad que se traducen en garantía de seguridad alimentaria para sus territorios.
Aunque la transacción económica no se da de manera justa pues, luego de estas arduas jornadas en que estas mujeres recolectan la concha de piangua, son vendidas en su gran mayoría a ciudades ecuatorianas, en donde les compran a muy bajos precios para luego ser comercializadas en su país por un una suma que quintuplica el valor pagado a las mujeres concheras. De esta manera, se reproduce la precarización en sus condiciones laborales, salariales y de vida.
Justicia económica para las mujeres afrodescendientes

Créditos: Asociación Mujeres Concheras Raíces del Manglar
“Al igual que las raíces del manglar, la práctica de la recolección de la concha artesanal es parte de nuestra raíces, de lo que nos han dejado nuestros ancestros”.
La Asociación Raíces del Manglar viene implementando una serie de estrategias para el fortalecimiento de la soberanía alimentaria y autonomía económica del territorio.
Estrategias que no solo permiten la adaptabilidad organizativa ante emergencias en soberanía alimentaria, como producción, transformación y comercialización de productos autóctonos locales, sino que también permiten la salvaguardia de los recursos medioambientales de los territorios.
Es por ello por lo que reiteramos el llamado que desde Ilex Acción Jurídica vienen realizando al Estado para que implemente medidas efectivas que permitan a las mujeres concheras de Tumaco desarrollar esta actividad de forma digna, garantizando así su autonomía económica y el desarrollo sostenible de sus comunidades.
Y nos unimos, también, al llamado de doña Silvia Magnolia de la Asociación Mujeres Concheras Raíces del Manglar, quien pide al gobierno nacional “generar programas que brinden garantías reales a las mujeres pues la mayoría son desplazadas y víctimas de la violencia, también que se les brinde el apoyo necesario para la realización de esta práctica, apoyo en materia de garantías para la salud y de comercio justo”.
“La conchería es una actividad que hace parte de la identidad étnica y cultural de la población afrodescendiente. Cuando el Estado no protege a las concheras está poniendo en riesgo un activo cultural esencial dentro de las dinámicas de los territorios y los lazos comunitarios que esta implica”.
Por último, invitamos al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de reprensar la necesidad y la urgencia de implementar políticas que apunten a reducir las inequidades sociales, con enfoque étnico-racial y de género, que subsanen de forma efectiva las injusticias que afronta la población afrodescendiente en el país, especialmente, las mujeres afrodescendientes en el Pacífico colombiano.
*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.