El aborto y lo que (no) dicen los candidatos

El aborto y lo que (no) dicen los candidatos
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En estos días, la Corte Constitucional ha examinado las dos demandas que reposan en esa institución y que buscan frenar la penalización del aborto en Colombia. En esta columna me refiero al silencio estratégico de varios de los candidatos a la Presidencia sobre este asunto.

Empiezo por recordar que, en este país, las mujeres que abortan por fuera de las tres causales aprobadas desde el año 2006 pueden, acorde con la ley, ir a la cárcel.

Cada año hay alrededor de 400 denuncias a mujeres que intentan abortar. Los municipios donde más se denuncia (referido al tamaño de la población) son lugares como Viracachá, San Juan Del César, Busbanzá o Chipatá. La mayoría de quienes realizan las denuncias es el cuerpo médico. El 25 % de las condenadas son menores de edad, de acuerdo con los datos del informe “La criminalización del aborto en Colombia” de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres.

Agrego que Colombia sigue teniendo una legislación anacrónica en lo que respecta al aborto y que los avances que existen se deben a sentencias de la Corte Constitucional.

En contraste, los parlamentos de varios países de América Latina (Uruguay, Argentina, México, Chile) han modificado sus posiciones en la última década. De hecho, en varios países de la región se ha aprobado el aborto legal y pleno. Ya sea por medio de sentencias de las altas cortes o del Parlamento, lo cierto es que está garantizado en Uruguay, amplias zonas de México, Argentina, amén de Cuba, las Guyanas y Puerto Rico. Con seguridad, será aprobado próximamente en Chile (la Asamblea Constituyente decidirá sobre una propuesta popular proaborto que tuvo un apoyo gigantesco en todo el país austral).

En cuanto a Europa, el presidente Macron ha pedido que el aborto quede inscrito como un derecho fundamental en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Mientras tanto, en Colombia, el aborto parece estar confinado a discusiones entre grupos de feministas. Son muchas las activistas individuales y colectivas que están plenamente enteradas del tema, que conocen los datos de desigualdad frente al aborto y las difíciles circunstancias que atraviesan miles de mujeres, especialmente las más jóvenes y las más pobres. Ellas argumentan con firmeza sobre la necesidad de cambiar las disposiciones legales vigentes en Colombia. Han llegado hasta la Comisión Primera de la Cámara para exponer puntos de vista basados no en creencias religiosas, sino en evidencias de las ciencias biológicas y sociales.

Es curioso, sin embargo, que esta importante discusión poco trascienda hoy en la esfera de los candidatos presidenciales. En los días en que se está discutiendo sobre este tema, muchos de estos candidatos, que trinan frenéticamente sobre cualquier evento de actualidad, prefirieron pasar de agache. Esos mismos candidatos, que dicen ser de la vanguardia feminista, que posan orgullosos con mujeres en las fotografías de campaña, no se mojan con este tema.

Busqué en twitter la posición de los candidatos progresistas, incluso los interpelé: obtuve cero respuestas. Opté entonces por examinar los programas del Pacto Histórico (¡El cambio viene!), la posición del Partido Alianza Verde (Por qué le decimos sí al aborto), los puntos de Alejandro Gaviria (Un ideario en 60 puntos), las declaraciones de Juan Manuel Galán, Sergio Fajardo, Gustavo Petro, Francia Márquez e Íngrid Betancourt.

No encontré en ninguno de los programas de partido el pleno respaldo al aborto legal. En cambio, si nos referimos a posiciones individuales, hay dos candidatos (Francia Márquez y Alejandro Gaviria) que defienden el aborto como derecho pleno de las mujeres.

Favorables a la despenalización son el Partido Alianza Verde, Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán. Sin embargo, estos candidatos no especifican si irían hasta la autorización de la interrupción voluntaria del embarazo más allá de las tres causales. Petro defiende el “aborto cero”, lo que es una forma de no comprometerse (es una falacia pretender que no existan abortos). Los demás candidatos no detallan sus posiciones, aparte de decir que están de acuerdo con la sentencia de la Corte de 2006.

Por último, mudos sobre el tema son el programa del Pacto Histórico e Íngrid Betancourt. Agrego que no me detuve de a mucho en la posición de los candidatos de la derecha, porque no hay ahí sorpresas: ellos condenan la despenalización del aborto o no dicen nada (Alejandro Char). La única notable excepción es Enrique Peñalosa, quien es favorable a la despenalización. En cuanto a Rodolfo Hernández, tampoco logré saber qué piensa al respecto (él se esconde en frases como “lo que decidan los colombianos”).

Lo cierto es que en momentos en que la Corte y sus conjueces deben decidir sobre este tema que afecta a tantas mujeres, y especialmente a las más alejadas de los grandes centros urbanos, los candidatos no intervienen en el debate público. ¿Acaso les da miedo expresar sus ideas al respecto? Aparte de ponerlas en sus afiches de campaña y decir que son feministas, ¿será que sí les importan los derechos de las mujeres?

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