El 8 de julio de 2021 denuncié que, en la Policía Metropolitana de Santa Marta, en el año 2015, la excomandante y excoronel Sandra Vallejo Delgado omitió activar los protocolos que se tienen establecidos para los casos de abuso y acoso sexual dentro de la Policía, cuando una patrullera denunció al excoronel Francisco Gelves Alemán. Vallejo archivó la denuncia y esto permitió que este personaje siguiera acosando sexualmente a sus subalternas

En febrero de 2022, manifesté mi preocupación por la negligencia al interior de la Policía Nacional frente a los casos de abuso y acoso sexual que involucran a oficiales de alto rango. Entre 2017 y 2018, se presentaron al menos 12 denuncias de este tipo

Dos patrulleras en el Huila y Rionegro se atrevieron a denunciar y activaron la ruta, logrando que, el entonces ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, apartara a dos coroneles de sus funciones y abriera una investigación formal en la Inspección General de la Policía. Esto trajo al debate público, una realidad invisibilizada en Colombia que ha victimizado a muchas mujeres al interior de la Fuerza Pública por años. 

En ese momento, me referí en concreto, a las denuncias de al menos 5 subalternas del excoronel Francisco Gelves Alemán, quien, a finales de enero de 2022, solicitó el retiro voluntario en medio de un escándalo de acoso sexual en el Putumayo, donde era comandante.

Hace siete años, cuando Francisco Gelves Alemán fungía como J2 de la Policía Metropolitana de Santa Marta, también fue denunciado por una de sus subalternas. El primero de diciembre de 2015, la patrullera María Fernanda Padilla instauró una queja formal dirigida ante la Policía Metropolitana de Santa Marta. 

En esa queja, ella dijo que el coronel le hacía insinuaciones e invitaciones. En lógicas de mando y poder, la invitaba a tomar trago y como ella no hacía caso a esas invitaciones un año después le tocó renunciar a la Policía Nacional.

Sin embargo y a pesar de que, en su momento, María Fernanda proporcionó información que permitía inferir que las conductas y comunicaciones fuera del ámbito laboral del excoronel Gelves Alemán con ella constituían acoso sexual, la queja nunca escaló, sino que se archivó. 

Además, en privado, la excoronel Vallejo habría, presuntamente, justificado este comportamiento. Diciéndole a la víctima que eso le pasaba “por ser bonita”, dejando en evidencia una ausencia de solidaridad de género, una peligrosa negligencia institucional y debilidad para el cuidado y atención de las mujeres por parte de la institución policial.

De hecho, el reconocido periodista radial Jorge Espinosa hizo públicas algunos apartes de las conversaciones propuestas por el entonces coronel a la patrullera que demostrarían el acoso “En conversaciones de WhatsApp, mi Coronel Gelves me escribe cosas que se salen del entorno laboral. Quiere que le diga Pachito, que le regale fotos bonitas a su teléfono personal”. 

Así mismo, la forma como sin importar la hora, le hacía insinuaciones: “Recibo una llamada de mi coronel, cerca de la 1:30 de la madrugada, me dice que está solo en su cuarto tomándose un Whisky, que fuera y lo acompañara…no mi Coronel, es tarde, yo no tomo porque los tragos me cogen muy rápido. Y él contesta: ‘Qué rico’. Ella cuelga.” 

Pese a la gravedad de las conductas y las pruebas que se adjuntaron con la queja, esta nunca avanzó y fue archivada. Fue por eso que el 10 de septiembre de 2021, solicité formalmente a la Policía Metropolitana de Santa Marta el estado de indagación de este proceso que ya llevaba varios años. 

En la respuesta, la Policía dijo haber archivado el caso, además, que no se había realizado el procedimiento interno y tampoco se había dado trámite a la justicia ordinaria.

Por si fuera poco, para verificar si se había iniciado investigación disciplinaria al excoronel Francisco Gelves Alemán, pidieron hacer la solicitud a la Inspección General de la Policía Nacional, dejando unos correos electrónicos de contacto de los cuales nunca recibí respuesta.

En este caso, no solo es reprochable la conducta ilícita y abusiva del excoronel hacia la patrullera, sino también que la Policía Nacional guardó silencio, no activó el protocolo de violencia basada en género y no dio paso a la justicia ordinaria para la judicialización. 

Además, varios años después, otras mujeres fueron víctimas del espiral de violencia de Francisco Gelves también tuvieron que alejarse de la institución mientras que él seguía ascendiendo y le seguían abriendo cámaras y micrófonos para defender su presunta inocencia, desacreditando las denuncias de las víctimas y de defensores de derechos humanos que hacíamos seguimiento a estos casos, aduciendo que todo era falso. 

Esto obedecía a una estrategia política, haciendo mención de las supuestas verificaciones que se hicieron al interior de la policía por el comité disciplinario. Dicho planteamiento contradice la respuesta de la Policía Metropolitana de Santa Marta, en la que refiere que en “la Inspección General de la Policía Nacional Derechos Humanos no cuenta con acervo documental del caso en mención” y el oficio radicado por María Fernanda Padilla que fue tramitado ante el grupo de Talento Humano de la Escuela Antonio Nariño, donde fue archivado. 

Respúesta Derecho de Petición

Hace 10 meses con la noticia del retiro voluntario de Francisco Gelvez Alemán en Putumayo, nos preguntamos si sus delitos quedarían impunes. Un cuestionamiento necesario para debatir sobre la inequidad de las mujeres que persiste al interior de la fuerza pública en Colombia y para poder garantizar el derecho a acceder a justicia efectiva por parte de cada una de las víctimas, quienes se atrevieron a alzar su voz, en medio de un espacio sostenido históricamente en lógicas de poder masculino.

Finalmente, el 14 de diciembre de 2022 fue capturado el excoronel Francisco Gelves por acceso carnal violento y actos sexuales violentos. Una noticia, con sabor agridulce, porque de haber activado los protocolos, Gelves Alemán no solo habría sido retirado de la Policía Nacional, sino también encarcelado. 

Así, se habrían tomado las medidas correctivas que habrían evitado que, como siempre, las mujeres tengamos que pagar con nuestros cuerpos la violencia estructural de género.

Es defensora de derechos humanos y consultora en convivencia y seguridad. Estudió una licenciatura en educación especial, una especialización en promoción y protección de los derechos humanos y una maestría en derechos humanosy derecho internacional humanitario.