Ha llegado a esta zona del país oportunidades que generan bienestar y progreso, pero de manera limitada y mediocre. Se ofrecen servicios a las comunidades, pero los usuarios no son compensados satisfactoriamente por lo que pagan. Los planes de telefonía móvil, en algunas comunidades, solo sirven para voz, porque es imposible navegar. Es un dinero que los usuarios pierden, porque no tienen cómo hacer uso de ello. Muchas personas se ven obligadas a pagar planes de internet alternativos (wifi satelital) para acceder a las redes sociales y/o demás plataformas.
En las instituciones educativas se sufre demasiado porque los estudiantes no tienen cómo investigar o construir su aprendizaje con las herramientas que ofrece internet.
En la costa pacífica se ha padecido mucho en el tema de las comunicaciones. Se ha gestionado y anhelado la presencia de los operadores en el territorio para favorecer la comunicación, pero su servicio no ha sido eficiente. Algunas comunidades rurales están con antenas de telefonía móvil, pero la conectividad que están ofreciendo no es muy buena. Faltan muchas más por el servicio, pero se espera que cuando operen, funcionen de manera apropiada.
En las cabeceras municipales como Guapi, López de Micay, Iscuandé, Timbiquí, las fallas son constantes. Por un lado su cobertura abarca muy poco y por otro, se están presentando muchos inconvenientes tanto en voz como en datos.
La gente padece para enviar un mensaje de whatsapp o para revisar el correo electrónico. Hay días, y hasta semanas, en que se hace imposible la comunicación por estos medios.
En ocasiones son daños por descargas eléctricas o fallas técnicas, lo cual es entendible y natural. Pero, lo que pasa es que hay demoras en la reparación de los daños y la tendencia a no mejorar un servicio que viene funcionando mal desde hace varios años.
Las comunidades están bastante molestas y han buscado respuestas certeras y soluciones concretas, pero no han adquirido mejoría al respecto.
Es triste que lleguen los medios que generan progreso, bienestar y conexión con el mundo, pero que su operatividad sea limitada y mediocre. No es justo que los usuarios tengan que pagar un producto del cual no se benefician proporcionalmente. Muchas actividades se paralizan cuando el servicio de telefonía no funciona como debe.
Este es un problema que lleva más de cuatro años en las cabeceras municipales y no se evidencian mejoras. En las zonas rurales donde con el paso del tiempo se han venido instalando antenas, la señal es intermitente y se sufre mucho por esta situación.
Con la ayuda del gobierno nacional se siguen ubicando nuevas antenas en algunas comunidades. Se espera que no se siga cometiendo el mismo error y que ofrezcan algo que verdaderamente funcione bien.