En Bogotá, obviamente la campaña electoral por la Alcaldía marcará el tono del debate del próximo año. Y es claro que buena parte de ese debate se centrará sobre la gestión, exitosa o desafortunada, de Claudia López. Sin falta, la movilidad y la seguridad, dos temas que son tremendamente sensibles para el ciudadano, volverán a estar en el ojo del huracán.
Por otro lado, es posible que aparezcan otros temas sensibles a la opinión ciudadana, como el estado actual del espacio público de la ciudad, afectado de manera notoria por una crisis en el sistema de recolección de basuras, y agravado por fenómenos culturales, que tiene a la ciudad más sucia que en cualquier otro momento que se le recuerde.
Con respecto a la movilidad, la ciudad tiene cientos de frentes de obra abiertos en este momento a los cuales se sumarán otras nuevas obras enormes como la del metro y el Corredor Verde, que aseguran unos años incluso más difíciles en términos de congestión.
No me hago ilusiones con la posibilidad de salirnos de ese debate tóxico y estéril que sigue cogiendo fuerza entre TransMilenio y metro, y si este debe ser subterráneo o elevado. Lo cierto es que tenemos que hacer una apuesta a fondo por cuidar y mantener lo que tenemos. Por otro lado, tenemos que seguir avanzando y desarrollando el concepto de multimodalidad con metro, ciclorrutas, cables y, sobre todo, empezar a priorizar la agenda peatonal.