La Once como Corredor de Movilidad del Futuro

La Once como Corredor de Movilidad del Futuro
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Foto: Carlos F. Pardo

Mal contadas, el miércoles 15 de febrero de 2023 a las 9:10am un aparato dio la señal de haber contado 100 mil personas pasando por un punto de la ciudad (Carrera 11 con Calle 90) en vehículos pequeños desde el inicio del año.

Nada mejor que un número redondo para conmemorar una idea, su evolución y su estado actual. Además, es un buen momento para advertir sobre su futuro que está en entredicho.

La ciclorruta de la once, versión 1 (peleando en el andén)

La Once como Corredor de Movilidad del Futuro
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Foto: Carlos F. Pardo

En la “bonanza de la reconstrucción de infraestructura” en Bogotá durante 1998-2000, se reconstruyeron varios andenes de la ciudad. La idea era darle más y mejor espacio a la gente que camina y anda en bicicleta, y en realidad se logró bastante bien.

En el caso específico de la carrera 11, según me han contado, la idea completa era reorientar el sentido de la vías y, con ello, las personas que se bajaban de buses lo harían en el costado oriental de la misma y “caerían” sobre el andén amplio que no tendría ciclorruta.

Oh sorpresa… el plan no se hizo completo y la carrera 11 quedó como estaba, generando un conflicto diario, penoso y físicamente doloroso para toda la gente que circulaba por ahí. El ciclista que veía pasajeros caer encima suyo, los pasajeros que brincaban del bus para encontrarse con un mar de bipedales pasando frente suyo.

La situación, que se prolongó dieciséis años, era desesperante y peligrosa. No obstante, la carrera 11 era la única avenida de sentido norte-sur en todo el borde oriental que conectaba de manera segregada y segura a quienes querían circular en bicicleta en ese sentido. Con esto, era la opción forzada para cualquiera que anduviera en bicicleta.

Hay que mencionarlo: mientras los ciclistas tenían una ciclorruta bidireccional en la once, quien viajaba en automóvil tenía cinco: la circunvalar, la quinta, la séptima, la novena, la once, la quince. Y varios carriles en cada una, además.

Su evolución a la calzada

La Once como Corredor de Movilidad del Futuro
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Foto: Carlos F. Pardo

La once tenía que cambiar; y que mejor momento que al inicio de un nuevo mandato. Como lo describimos en ese momento desde Despacio, “el 4 de febrero de 2016 (Día sin Carro), el Distrito implementó una nueva ciclobanda sobre calzada y segregada por la carrera 11 entre calles 82 y 100. Antes existía una ciclobanda sobre el andén y constituía la principal ruta norte-sur para bicicletas en esa parte de la ciudad”.

Cuando se hizo la intervención, fue una confusión de varios días pero el cambio fue absolutamente bienvenido (además de necesario). Nuestro análisis completo mostró, entre varias otras cosas (cito textual), que:

  • “El flujo de ciclistas se duplicó en el Día sin Carro con respecto al jueves anterior. Entre la medición inicial y la medición final el número de ciclistas por hora se incrementó en 22,48%.
  • El flujo peatonal es mucho mayor en el costado occidental que en el oriental, lo que implica que la ciclobanda antigua estaba generando conflictos en el andén con mayor circulación.
  • Existe un alto flujo peatonal por lugares donde no existen pasos seguros, incluyendo la intersección donde estábamos midiendo (la calle 86A)
  • Muchos peatones todavía evitan caminar en la ciclobanda antigua a pesar de ser ahora un andén destinado completamente para ellos. Algunos ciclistas también siguen usando esa ciclobanda.
  • Se evidenció la invasión de la nueva ciclobanda por parte de algunos vehículos motorizados, pero durante nuestras observaciones la mayoría sí la respetaba. Durante el último día de aforos, también contamos la cantidad de Orni en la ciclobanda”.

No me gusta aprobar ampliamente la gestión de ningún gobierno, pero en este caso debo admitir que esa intervención fue un golazo.

Cómo está hoy y cómo podría ser

Hoy en día, la 11 se ha vuelto una vitrina del futuro de la movilidad. Hagan el ejercicio de ir a verla. Aunque proliferan los ciclomotores (decepcionantes vehículos que surgen ante la mala gestión de empresarios avaros), a la mezcla vehicular actual de esa ciclorruta le hacen falta platillos voladores para ser digna de una película futurista de hace pocas décadas.

Por allí pasan patinetas y bicicletas eléctricas, triciclos de carga asistidos, monopatines, monociclos y hasta “hoverboards” (como el de Marty en “Volver al Futuro”, o casi).

Esto no es gratuito, en realidad: el sector es de lo más yupi que hay en la ciudad, y la pereza de andar frenados en trancón o espichados en un bus hace que a muchas personas les parezca “cool” irse en bichos enanos sin tener que pedalear. Mi análisis breve de lo que hay hoy ahí está en un trino.

Esa ciclorruta es, sin querer queriendo, un laboratorio de movilidad sostenible que sirve para responder la pregunta “¿qué pasa si nos moviéramos distinto y pensáramos en un futuro donde cabe más gente en una vía y no le hacen daño a nadie?”.

Debería expandirse esta idea en diferentes lugares de la ciudad y la red de ciclorrutas debería, más bien, convertirse en una red de “carriles para la micromovilidad” donde los vehículos pequeños, limpios y de velocidades moderadas (es decir, que cumplan con la resolución 160 de 2017, o sea, no ciclomotores ni motos eléctricas) puedan circular.

Necesitamos más Corredores de Movilidad del Futuro como este. Es evidente que la ciclorruta de la carrera 11 debería usarse como ejemplo a seguir en la carrera 15, la novena y toda avenida principal de la ciudad donde queramos ver un cambio modal hacia la movilidad limpia, segura y sostenible.

Si se mide el tráfico diario de esas avenidas (en pasajeros transportados) hoy y se calculan sus emisiones contaminantes y cantidad de heridos y muertos, fácilmente se demostrará que al implementar un Corredor de Movilidad del Futuro se mejoran las condiciones de viaje para la ciudadanía: menos heridos y muertos, menos contaminación, más personas viajando en poco espacio y menores tiempos de viaje.

De todas formas, es claro que el corredor actual de la 11 debe mejorar. La segregación debe ser igual de robusta pero menos fea y debe haber mejor drenaje cuando llueve. La señalización horizontal y vertical puede ser más bonita y la ciclorruta desde la 82 hacia el sur debe diseñarse bajo los mismos principios.

El contador de la 90 (o, más específicamente, los elementos neumáticos que lo nutren) necesitan mantenimiento para que cuente las personas que realmente pasan por ahí (mis cálculos son que el valor es cuatro veces mayor).

El Corredor de Movilidad del Futuro… en entredicho

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Imagen compartida por Mario Noriega.

Mi propuesta de replicar la carrera 11 en todas partes para expandir los beneficios de un Corredor de Movilidad del Futuro ni siquiera ha despegado, y ya tenemos un chisme que se expande más rápido que los beneficios del uso de la bicicleta.

Según trinos con fotos mal tomadas de renders, al parecer se va a redefinir el diseño de la carrera 11 y esa ciclorruta no seguirá siendo como es ahora. La información pública al respecto es escasa, pero lo poco que se ha publicado es solo triste. Esperemos que se tengan en cuenta estas recomendaciones para que la 11 sea mejor que nunca, y replicada por toda la ciudad.

(También: he compilado una serie de fotos que he tomado en la Carrera 11 a lo largo de los años que pueden ver acá)

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*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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