Las motos son una de las grandes transformaciones de la forma como nos movemos en Colombia. Según el Runt, en Colombia hay cerca de 11 millones de motocicletas y 7 millones de otros vehículos motorizados.
Los muertos viales y las motos en Bogotá

Solo en 2022 se registraron 804 mil motos nuevas, un incremento de 11% frente a 2021. Por cada carro o camioneta nuevos se registraron 3,5 motos nuevas en 2022. Detrás de ese altísimo crecimiento está una mezcla de factores: incremento del ingreso medio de las familias, fallas en el transporte público, conveniencia, percepción de estatus, cultura de la motocicleta y oportunidades laborales. No hay rincón del país con acceso vial donde las motos no sean parte del paisaje.
Bogotá, como capital del país, no es ajena a la tendencia nacional y sigue observando una creciente movilidad en dos ruedas motorizadas.
Según datos recopilados por la Secretaría de Movilidad (SDM), en Bogotá y los 12 municipios vecinos el registro de motocicletas se incrementó en 65% entre 2019 y 2022. La moto es ágil, económica y una herramienta de trabajo. Está para quedarse y mejorar de paso el bienestar de miles de familias.
Pero con las motos nos están llegando también los muertos, especialmente hombres jóvenes. En 2022 murieron 232 motociclistas dentro de los 30 días después del siniestro vial, un incremento de 42% frente a 2019.
Desde la pandemia, los motociclistas son las principales víctimas de la violencia vial, superando a peatones y ciclistas. Según los registros de siniestros fatales de motociclistas en 2022 de la SDM 46% de los muertos en moto tenían entre 20 y 30 años.
Las actitudes temerarias de los jóvenes y la falta de experiencia piloteando la moto generan una proporción muy alta de los siniestros: 53% de los fallecidos entre 20 y 30 años no tenían licencia o tenían licencia con menos de dos años desde la fecha de expedición. Del total de muertes en moto 20% tenía una licencia con menos de 2 años y 20% no tenían licencia.

El exceso de velocidad, y eventualmente la falta de uso o uso incorrecto de elementos de protección como el casco son los principales factores de riesgo asociados con los motociclistas. La estadística de Johns Hopkins y Universidad de los Andes sobre exceso de velocidad muestra un grave retroceso en los últimos dos años.
Pasamos de 31% de los motociclistas excediendo la velocidad en noviembre de 2020 a 57% en abril de 2022. Según la encuesta de percepción de riesgo vial de SDM en 2019, para un 64% de los motociclistas la velocidad esta asociada a una sensación de libertad y 43% indican que disfrutan de la velocidad. Tristemente es libertad y goce para morir.

Una quinta parte del total de muertos en moto sucede por caída o choque contra objeto fijo. Allí puede jugar un papel importante el estado de la malla vial, pero también la impericia y la imprudencia de los pilotos de moto y la falta de elementos de ayuda en la motocicleta, como los frenos antibloqueo ABS o combinados CBS.
Sin embargo, los casos más comunes de muerte de motociclistas en Bogotá son en interacciones con camiones (35%) y carros (19%). El respeto de otros conductores a los motociclistas es necesario. Además de ser la víctima más frecuente de siniestros viales, los motociclistas también están involucrados en muchas fatalidades de peatones y ciclistas.
En 2022, 88 peatones murieron en interacción con motocicletas, la mitad del total de peatones atropellados. En interacciones con moto también murieron 14 ciclistas, 9 usuarios de otra moto y 3 personas en otros vehículos.
El 63% de todas las fatalidades viales tiene que ver con motos, ya sea de usuarios de moto (232 muertes viales en 2022) u otros actores viales en interacciones con moto (105 muertes viales en 2022).

No hay que estigmatizar la moto, es un medio válido, económico, ágil y, para muchos, divertido; solo hay que reforzar aquellas cosas que reduzcan las fatalidades y heridas graves con la visión de que sean cero. Eso incluye:
- mantenimiento y señalización de infraestructura, incluso reductores de velocidad en vías locales (30 km/h) y menores anchos de carriles y de radios de curvatura en vías arterias (consistente con velocidad límite de 50 km/h);
- mejores procesos de licenciamiento que incluyan pruebas prácticas de manejo (esto depende del Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial) y control del porte de la licencia, de poco sirve reforzar el proceso de expedición, si muchos pilotos siguen sin licencia;
- reforzar de manera urgente los controles policiales a los comportamientos riesgosos, muy especialmente el exceso de velocidad que resulta en muertes y discapacidades. Allí son importantes las #CámarasSalvavidas y mucha divulgación no solo dirigida a motociclistas sino también a conductores de camiones, buses y carros;
- reiterar la importancia y controlar buen uso del casco, y motivar a los motociclistas a escoger motos con frenos ABS o CBS. Los elementos de protección y la condición de la moto pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Bogotá ha liderado en el pasado buenas prácticas para la seguridad vial y logró con la Visión Cero de 2007 cuatro años consecutivos a la baja en fatalidades. Puede liderar el cambio de tendencia nacional y volver a ser ejemplo.
*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.