Si al presidente Gustavo Petro le va mal, entonces la economía reacciona de forma positiva. La debilidad del gobierno ha conducido a que el peso colombiano se fortalezca frente al dólar.

No obstante, la teoría económica establece que la inestabilidad política afecta el riesgo del país, y por ende la tasa de cambio se ve impactada de forma negativa, lo que lleva a una depreciación de la moneda local.

El ciclo de la tasa de cambio visto durante 12 meses muestra al peso colombiano perdiendo valor hasta tocar un máximo histórico el 8 de noviembre de 2022.

Por lo tanto, al desagregar por etapas el comportamiento del dólar frente al peso, se observa el desempeño de la política colombiana. Así, antes de la primera vuelta presidencial el peso se venía fortaleciendo.

Cuando Gustavo Petro pasó a segunda vuelta se dio un fenómeno que elevó las expectativas a favor que Rodolfo Hernández pudiera ser el próximo presidente de Colombia. Las encuestas mostraban que un outsider tenía la opción real de imponerse en segunda vuelta.

Las redes sociales llamaron a este fenómeno político la “Rodolfoneta”, lo que se reflejó en un peso más fortalecido. Tanto, que el 6 de junio de 2022 el peso colombiano toco un valor mínimo de $3.771.

No obstante, Rodolfo Hernández se refugió en su apartamento en Bucaramanga, y se abstuvo de realizar campaña, aparte tuvo salidas en falso; lo que derivó en el triunfo de Gustavo Petro el 19 de junio de 2022.

El entrante presidente Gustavo Petro nombró a un equipo de ministros con un componente técnico importante y un discurso conciliador frente a sus detractores. En ese instante el peso se estabilizó e incluso se apreció.

A pesar de que el rumbo político podía alejar el fantasma del autoritarismo y el sesgo contra la economía de mercado, la ilusión duró poco. Porque a partir del 1 de septiembre de 2022 el peso volvió a perder valor y llego a los $5.061. Lo que coincide con la fecha de aprobación de la reforma tributaria el 8 de noviembre de 2022.

Después de aprobarse, el peso se volvió a valorizar; lo que podría deberse a que esta reforma estabilizaba el déficit fiscal y le daba seguridad a los inversionistas que poseen títulos de deuda pública del gobierno colombiano.

Aun así, el peso volvió a perder valor en la medida que se discutía el texto de la reforma a la salud que se pretendía presentar ante el Congreso. La radicalización del gobierno era evidente, el presidente Gustavo Petro se tornó más agresivo en sus posiciones y sordo ante la voz de los técnicos, sectores y gremios de la salud.

La reforma a la salud se radicó el 13 de febrero de 2023 e inició la confrontación entre gobierno, expertos y voces disidentes del propio Ejecutivo, que terminó en el relevo de 8 ministros y un presidente radicalizado dando discursos incendiarios en contra de las instituciones, al mejor estilo del populista latinoamericano empleando el balcón de la Casa de Nariño para fracturar la sociedad entre amigos y enemigos del “cambio”.

Incluso con la inestabilidad política, el peso colombiano comenzó a apreciarse con relación al dólar. Los escándalos de una posible financiación ilegal de su campaña salpicaron a su hermano e hijo y agudizaron la crisis.

El gobierno ahora entraba en disputas con las Altas Cortes que no le permitieron poderes especiales, la Fiscalía cuestionó que el presidente se estuviera entrometiendo en asuntos de la rama judicial. Los medios de comunicación fueron emplazados por el ejecutivo y se han ido convirtiendo en el blanco predilecto del presidente como enemigos del “cambio”.

Hasta que finalmente el embajador de Venezuela, Armando Benedetti, que fue un cuadro de mando principal durante la campaña presidencial de Gustavo Petro, apareció en unas grabaciones vociferando a la jefe del gabinete, Laura Sarabia, porque el gobierno no le cumplía pactos y cuotas burocráticas, habló de financiación ilegal de la campaña y asuntos personales escabrosos que terminaron por crear un cataclismo de gobernabilidad que supera incluso la financiación que dio el Cartel de Cali a la campaña del presidente Ernesto Samper (1994-1998).

Mientras esto se destapaba, el dólar se ha valorizado 4,38% desde el domingo que se revelaron los audios y el miércoles 7 de junio. Una apreciación del peso en tan poco tiempo está correlacionada con la debilidad del gobierno.

Por supuesto, que el valor del peso no solo depende de la situación política, también influye el precio del barril de petróleo. En Colombia, al ser un exportador de crudo, las finanzas dependen del precio de este. Por lo tanto, hay una correlación inversa entre el precio del petróleo y la cotización de la tasa de cambio. Es decir, a mayores precios del petróleo el peso se valoriza porque hay mayor entrada de divisas.

Sin embargo, el precio del petróleo tipo Brent viene en descenso desde mayo de 2022, luego la tasa de cambio debería haber perdido valor y esto no ha sucedido.

Precio barril tipo Brent

Fuente: Agencia Bloomberg

Otro factor determinante son las tasas de interés de Estados Unidos, que son establecidas por la Reserva Federal (FED). Esta autoridad monetaria ha venido subiendo los tipos de interés con el objetivo de contraer la oferta monetaria y controlar la inflación.

Bajo esa premisa, el Banco de la República tiene incentivos para subir la tasa de interés a fin de reducir los precios de la canasta familiar de los colombianos. Así, que a mayor tasa de interés implica que los capitales migren hacia el mercado de bonos del tesoro norteamericano, o al mercado de divisas de ese país.

Pese a este panorama, el dólar ha seguido perdiendo valor frente al peso colombiano. En otras palabras, cuando se tiene en cuenta las variables internacionales, se puede evidenciar que la tasa de cambio estaba subvaluada, o por debajo de su precio de equilibrio.

Bonos del gobierno de Estados Unidos 30 años

Fuente: Board of Governors of the Federal Reserve System (US).

Así que algunos factores pueden explicar por qué el dólar viene bajando de precio. El primero responde a una mejora de la situación fiscal, dada una reforma tributaria que podría permitir cerrar la brecha fiscal. La segunda, es llevar la gasolina que se consume en Colombia al precio internacional, lo que va eliminando un subsidio altamente nocivo, que favorecía a las capas de altos ingresos y le quitaba recursos al Estado.

A pesar de estos elementos, la debilidad del gobierno es fundamental para que la economía corrija su rumbo de forma positiva. La incapacidad del presidente de tramitar la reforma de salud, que fiscalmente podría quebrar las finanzas públicas y eliminar el mayor avance social del país en 30 años.

Mientras, la reforma laboral no solo no crea empleos, sino que carga la nómina de las empresas con más costos, lo que habría provocado un aumento del desempleo. Finalmente, la reforma pensional golpea negativamente el mercado de capitales y deriva en deterioro de los niveles de ahorro del país.

En conclusión, el presidente ha generado una anomalía económica, gracias a su incapacidad de llegar a consensos, y su agresivo plan de reformas retardatarias que ha quedado empantanado en el Congreso. Mientras, sus ministros de Hacienda han logrado estabilizar las finanzas públicas. Un raro escenario que podría llamarse “petronomics” es decir, si a Petro le va mal entonces la economía mejora. 

Es consultor y columnista sobre temas de seguridad nacional. Fue el director del tanque de pensamiento Geostrategy y asesor de la presidencia de la República. Estudió una maestría en defensa y seguridad nacional en la Escuela Superior de Guerra y maestrías en economía y economía aplicada en la...