Este 16 y 17 de marzo de 2023 se celebrará la tercera conferencia internacional de donantes en Bruselas, Bélgica. El evento es organizado por la Unión Europea y el gobierno de Canadá con el fin de buscar y comprometer recursos económicos para la atención de migrantes venezolanos y los países de acogida.
En esta conferencia se convocará a gobiernos, organizaciones internacionales, empresas privadas y banca en general para que establezcan y donen recursos para la atención de migrantes venezolanos.
Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), por lo menos siete millones de personas venezolanas han salido de su país de origen huyendo del régimen de Nicolás Maduro durante los últimos siete años.
La crisis es tan grande que de Venezuela salen por lo menos un millón de personas por año y contra las cifras es difícil discutir. De estos siete millones, por lo menos seis están repartidos principalmente en América Latina. Los países con más presencia de personas de nacionalidad venezolana son: Colombia (2,5 millones de personas), Perú (1,5 millones), EE.UU (550 mil), Ecuador (500 mil) y Chile (450 mil).
Las realidades que viven las familias venezolanas y la falta de programas y recursos por parte de los países de acogida hacen que sea necesaria esta conferencia, pues, la cooperación internacional ha sido clave en la atención de estas personas que buscan mejores condiciones de vida.
En el evento se espera recaudar por lo menos 1.720 millones de dólares, una cifra mucho menor a la pactada en la primera conferencia celebrada en 2020 (2.500 millones) pero ¿por qué hay menos recursos ahora?
Las nuevas movilizaciones migratorias de afganos por el conflicto y de ucranianos por la ofensiva militar rusa ha generado una disminución importante de los recursos, pero la cosa no acaba ahí.
Resulta que desde el gobierno del expresidente Iván Duque, la exvicepresidenta Martha Lucía Ramírez advirtió en febrero de 2022 que “sólo el 20% de los recursos que han prometido los donantes han sido desembolsados”.
Según diferentes organizaciones, de los recursos asignados solo se han desembolsado entre 35 y 40% de la totalidad, por lo que la atención a estas familias migrantes es un reto para los países de acogida.
Por otra parte, no debemos olvidar la denuncia de la senadora Gloria Flórez frente a la totalidad recursos internacionales que recibió el gobierno Duque para enfrentar la migración versus lo invertido.
¿Qué dice el gobierno venezolano? En un acto casi sin precedentes, el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, mediante un comunicado oficial, afirmó que “rechaza la convocatoria y realización de la llamada Conferencia Internacional en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos y sus países y comunidades de acogida” porque esta actividad “además de ser un evento hostil contra nuestro país, es percibida como un espectáculo que sólo sirve a los intereses mercantiles de algunos de sus participantes”. Además, agregan que como gobierno “han sabido encontrar la ruta hacia la activación económica y han consolidado el Plan Vuelta a la Patria”.
Desconocer la crisis humanitaria generada por sus propias políticas es un acto cínico por parte de ese gobierno y entonces ahí viene una pregunta importante ¿cuál es la posición del gobierno colombiano ante esta conferencia?
Aunque el gobierno Petro no ha sido muy claro al momento de sentar posiciones frente a la migración venezolana, es fundamental su presencia en esta conferencia, pero ¿cuáles serán los representantes de Colombia?
La crisis ministerial y la salida de la viceministra de relaciones exteriores a un día del evento, Laura Gil, abre una gran incógnita y deja muchas dudas respecto a la presencia de Colombia en un suceso de tanta importancia. ¿Asumirá esta responsabilidad la nueva viceministra Elizabeth Taylor?
No debemos olvidar que una de las banderas del gobierno Petro ha sido el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela y con ello un aire de esperanza para millones de personas que viven en zona de frontera.
Entonces, si Colombia está intentando reconstruir una relación fracturada y flagelada en la historia ¿se sentirá el gobierno venezolano traicionado por la presencia de Colombia en esta conferencia? ¿Será la presencia del Estado Colombiano una aceptación tácita de la crisis generada por Nicolás Maduro?
No está de más que coloquemos especial atención a este tema ya que las decisiones y acciones que se ejecuten en el marco de esta conferencia quizá sí tengan incidencia en las relaciones futuras con Venezuela, pero no sabemos hasta qué punto.
¿Qué estará pasando por la cabeza de Gustavo Petro en este momento? La falta de asignación de recursos por parte del gobierno colombiano se traduce en una respuesta débil frente a la migración masiva de venezolanos, por lo tanto, los dineros asignados para los países de acogida serán fundamentales debido a que la responsabilidad de la atención a estas familias ha recaído en gran medida en las entidades de cooperación internacional y organizaciones no gubernamentales.
¿Se escudará Gustavo Petro en estas entidades de cooperación como responsables en la atención a migrantes para evitar conflictos futuros con Venezuela? Aún quedan más preguntas que respuestas y seguramente se irán dirimiendo con el tiempo. Por ahora, la atención, estabilización e inclusión social de las familias venezolanas en Colombia no da espera y por eso cierro esta columna citando lo plasmado en el programa de gobierno Colombia potencia mundial de la vida:
“Colombia sin xenofobia acoge a la población migrante como sujeto de derechos. En nuestro gobierno la población migrante, hoy principalmente venezolana, recibirá un trato digno y respetuoso de los derechos humanos. Ninguna persona migrante en Colombia será sujeto de discriminación y xenofobia y se garantizarán sus derechos fundamentales, promoviendo la integración en igualdad de condiciones con la población colombiana”.
Sin duda, esta promoción de la integración en igualdad de condiciones va a requerir un gran esfuerzo por parte de este gobierno y necesitará de los organismos de cooperación internacional para cumplirlo, pero de la otra cara de la moneda están las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela. ¿Qué haría usted si fuera presidente?