Reflexión para Claudia López

Reflexión para Claudia López
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Me pidieron que escribiera una columna sobre los temas más importantes para Bogotá en 2023 y cómo va la ciudad empezando el año. Pero creo que antes es importante hacer una reflexión para la alcaldesa sobre el desgobierno de Bogotá en los últimos meses. 

Bogotá empieza el 2023 con desafíos monumentales y sin liderazgo desde la administración distrital. A Claudia López se le olvidó que su trabajo este año no es hacer política para elegir a su sucesor y tampoco para su inminente campaña a la presidencia en 2026. El trabajo de la alcaldesa es trabajar y velar por los intereses de la ciudad, así estos no concuerden con la visión del señor presidente de la República.

Hoy hablemos del tema de movilidad. Bogotá necesita con urgencia un sistema de transporte masivo eficiente y de buena calidad que pueda mover a miles de personas hora/sentido sin colapsar. Bogotá necesita un metro. 

Los estudios están, los predios están comprados casi en su totalidad, los préstamos de las multilaterales y la asignación presupuestal están aprobados. Pero Gustavo Petro lo está boicoteando porque no es el metro que él pensó para la ciudad. 

Petro está actuando como alcalde de Bogotá en muchos temas (porque le conviene para las elecciones de 2023) y Claudia López le está abriendo la puerta de par en par e invitándolo a entrar con gusto. 

Esta invitación de la alcaldesa le puede costar a los bogotanos, solo en el tema del metro, alrededor de 5 billones de pesos adicionales y 10 años más sin metro. Las reuniones con el consorcio chino se han organizado desde Presidencia, dejando fuera de la mesa a la Alcaldía y a la Empresa Metro de Bogotá. El silencio de la administración distrital ante estos atropellos ha sido ensordecedor. 

Pero los bogotanos no nos vamos a quedar callados. A los bogotanos nos toca recuperar la voz perdida, y nuestro mayor grito será en las urnas si el silencio y la complacencia continúan.

En movilidad no es solo el metro. TransMilenio está colapsado y en crisis presupuestal. El transporte público no da abasto para mover a todos los bogotanos y la infraestructura es realmente precaria para todos los actores viales. 

Aún así, la alcaldesa espera que los bogotanos se bajen del carro y de la moto para usar modos de transporte sostenibles. Le quiero contar que para que esto sea una realidad, la infraestructura tiene que estar y hoy es casi inexistente. 

Los andenes, además de las lozas infames, están mal hechos (no sólo en mal estado, es que están mal diseñados). Las ciclorutas no están conectadas entre sí y están en el sentido de la vía en que no deben estar (o peor aún, ¡en el andén!). 

El tiempo promedio de espera cada vez que los bogotanos vamos a coger un bus es de 20 minutos (si es que hay paradas y rutas cerca) y los bogotanos hacen entre dos y tres trasbordos por cada viaje. Los semáforos están mal calibrados, dándoles vía primero a los carros que al peatón en los cruces, lo que los vuelve peligrosos. En las intersecciones la mayoría de veces solo hay paso peatonal en tres lados del cuadrado. Esta lista puede seguir por páginas y páginas.

Los bogotanos le exigimos a la alcaldesa que haga cumplir su mandato como gobernante de la ciudad, que cumpla las promesas por las que fue elegida en las elecciones de 2019, que defienda nuestra ciudad a capa y espada y trabaje por ella, como lo dicta la descripción de su cargo. 

La campaña puede esperar. Este año es crucial para la ciudad y necesitamos que la persona al mando tenga los mejores intereses para Bogotá, sin distracciones.

Después de haber terminado de escribir la columna, salió la noticia de que el gobierno nacional no financiará más proyectos para Bogotá si Bogotá no cumple con las exigencias de hacer parte de la primera línea subterránea. 

El Ministro de Transporte, Guillermo Reyes, refiriéndose a los cambios que quiere hacer Gustavo Petro con el metro de Bogotá, dijo: “Si no se aceptan las modificaciones dentro del marco jurídico, el gobierno también en la medida en que financia el 70% de los otros proyectos, pues esos se van a tener que parar”. 

Muy grave las declaraciones del ministro. El mensaje que le está enviando a todo el país, usando de ejemplo a Bogotá, es que si los municipios y gobernaciones no hacen lo que el gobierno quiere y como lo quiere, entonces el desarrollo de sus regiones va a parar. 

Al presidente Petro y al ministro de Transporte les digo: el matoneo no es de gobernantes decentes y demócratas. La autonomía de las ciudades y gobernaciones se debe respetar y nunca se deben dictar los términos para los proyectos con amenazas. 

La oposición es válida y es una herramienta imprescindible de la democracia. ¿O esto también va a tener que parar? Las decisiones locales no deben ser tomadas por el gobierno central, porque esto les quita autonomía a las regiones. 

Bogotá no puede ceder ante estas presiones. Si Bogotá cede y se arrodilla ante semejantes amenazas, ¿qué oportunidades y garantías pueden tener los demás? 

Alcaldesa, contamos con usted para hacer lo correcto, para defender a Bogotá, para defender la democracia. Después de lo que le digo en la columna de hoy, tiene la oportunidad de demostrarnos a todos los bogotanos que hará que Bogotá se respete.

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