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Si bien la presencia del ELN sigue siendo marginal en el norte del Caribe colombiano, representa un posible aumento de la violencia directa en esos territorios y la reaparición de grupos paramilitares

El Frente de Guerra Norte del ELN (FGN) se conformó como tal en la segunda mitad de los noventa, a pesar de que las primeras unidades del ELN en el norte colombiano hicieron presencia en la Serranía del Perijá, en la década de los setenta, específicamente en el sur del departamento del Cesar, conformando el Frente “Camilo Torres Restrepo”.

A mediados de los noventa llegó a tener estructuras armadas en los departamentos de La Guajira, Cesar, Magdalena, Atlántico, Bolívar (norte y centro) y Sucre.

Al iniciarse el nuevo siglo la acción paramilitar en contra de sus bases sociales y sus finanzas y la continua operatividad del Ejército en sus zonas de retaguardia hicieron que el FGN entrara en crisis y virtualmente desapareciera ya que en la práctica su poca presencia (sin operatividad) se limitó a las zonas rurales de algunos municipios de la Guajira y el Cesar ubicados en la Serranía del Perijá (frontera con Venezuela).

Desde 2018 pareciera que esta situación viniera cambiando ya que ese año la Defensoría del Pueblo en la Alerta Temprana 045-18 informó sobre la presencia de una comisión (no un frente) del ELN que se movía en las partes altas de la Sierra Nevada de Santa Marta entre el municipio de Dibulla (Guajira) y los corregimientos de San Pedro, San Javier y Palmor pertenecientes al municipio de Ciénaga (Magdalena).

A esto debe sumarse que el pasado 6 de enero un comando armado al parecer perteneciente al Frente Luciano Ariza realizó en Villanueva (sur de La Guajira) una acción de propaganda armada en conmemoración de los 55 años de esa organización armada ilegal, controlando varias calles del municipio, instalando un retén ilegal y haciendo pintas alusivas al ELN en varias paredes de la sede de La Universidad de La Guajira y sobre algunos vehículos (ver). 

En días pasados, la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) publicó un informe sobre la frontera colombo-venezolana, en el que afirma: “el Frente Luciano Ariza hace presencia en zona rural de Maicao en los corregimientos de Paraguachon y Majayura. La presencia del ELN se ha venido intensificando en el municipio de Maicao a partir de finales del año 2017 estableciéndose en la zona fronteriza con ubicación estratégica en territorio venezolano, especialmente en Guarero, donde se financia principalmente de la extorsión”.   

Y durante el paro armado realizado por esa organización ilegal entre los días 14 y 17 de febrero del año en curso, sujetos al parecer pertenecientes al ELN incineraron un bus de transporte de pasajeros en jurisdicción del municipio de Aracataca (Magdalena) y en el corregimiento Carraipía perteneciente al Municipio de Maicao (La Guajira), varios guerrilleros que portaban armas largas y vestían uniformes militares hicieron una acción de propaganda armada.    

Lo que parece ser un intento de reactivación del FGN podría deberse a tres razones puntuales:

1.  La crisis institucional y humanitaria de Venezuela, lo cual ha hecho de la frontera con este país un espacio particularmente vulnerable a la violencia y la criminalidad en la medida que los controles estatales del lado venezolano se han reducido y el ELN es percibido como un aliado político-militar del actual gobierno venezolano por lo cual no es perseguido.

En este escenario, la Serranía del Perijá es importante porque se configura como un corredor estratégico de movilidad que va desde la Guajira hasta el Catatumbo en Norte de Santander pasando por el Cesar. Esta ruta representa una ventaja táctica y estratégica para los grupos armados ilegales porque facilita su aprovisionamiento, su operatividad militar y el desarrollo de economías ilícitas.

2. La transición de las Farc de movimiento armado a partido político legal tras la firma del acuerdo de paz con el gobierno colombiano en 2016 produjo un reacomodamiento en las dinámicas de presencia y accionar de los frentes del ELN, sobre todo en la zona norte de la frontera colombo-venezolana donde los frentes 59 y 41 de las Farc-EP solían ser el actor dominante o un coproductor de orden y gobernanza. Es decir, la ausencia de las estructuras armadas de las entonces Farc-EP ha posibilitado la recuperación de territorios por parte del FGN. 

3. La debilidad institucional de los municipios fronterizos que se traduce en altos niveles de Necesidades Básicas Insatisfechas y precarios o nulos circuitos económicos legales, los convierte en fuente de reclutamiento y lugares con condiciones favorables para la presencia de rentas ilícitas y actores armados ilegales.

Si bien la presencia del ELN sigue siendo marginal en el norte del Caribe colombiano no puede desconocerse que el FGN ha venido intentando reactivar su capacidad operativa especialmente en la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM), lo que además de representar un posible aumento de la violencia directa en esos territorios y la reaparición de grupos paramilitares, también afecta la construcción de paz ya que los dos Espacios Transitorios de Capacitación y Reintegración en los que los excombatientes del antiguo Bloque Caribe de las Farc-EP adelantan su proceso de reintegración social y económica se ubican en el Perijá.

En el caso de la SNSM, ante una eventual confrontación entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada, el ELN podría aparecer como un tercero en discordia que aproveche el debilitamiento de los actores enfrentados o pueda aliarse con una de las partes a cambio de territorio.     

Soy el periodista que cubre el Congreso. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Surcolombiana. Antes hice parte de La Silla Sur. En 2020 gané el premio de periodismo Reynaldo Matiz y en 2021, 2022 y 2023 el premio Carlos Salamanca a mejor investigación. Escríbame al jortiz@lasillavacia.com

Es profesor en la Universidad del Norte. Se doctoró en estudios americanos con mención en estudios internacionales en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile. Sus áreas de interés son negociaciones de paz, conflicto armado y seguridad ciudadana.