¿Son creíbles los presupuestos de las IES públicas en Colombia?

¿Son creíbles los presupuestos de las IES públicas en Colombia?
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Mejorar la ejecución presupuestal acorde con la programación financiera en las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas se convierte en un instrumento importante de credibilidad que contribuye a la adecuada planeación, el buen uso de los recursos y el logro de los objetivos misionales. 

En tiempos de crisis, como los que estamos viviendo, indagar sobre la credibilidad de los presupuestos es un asunto clave para establecer la gestión transparente y la gobernanza eficaz de las finanzas universitarias.

En los últimos años, la educación superior pública en el país ha enfrentado tres momentos importantes en su historia de financiación. El primero de ellos es los recursos adicionales logrados por el movimiento nacional de estudiantes, profesores y demás actores universitarios plasmados en el acuerdo de diciembre de 2018 y prolongados en 2023.

El segundo hecho tiene que ver con los impactos derivados de la pandemia del covid. Y el tercero, con las dificultades financieras a consecuencia del complejo escenario macroeconómico en 2022 y lo que va de 2023 en materia de inflación, tasas de interés y precio del dólar.

Estos momentos han tenido repercusiones en la programación financiera de las universidades reflejada en sus presupuestos originales al inicio de cada período y en la ejecución presupuestal que se registra al final de cada año fiscal.

Este cambio en el presupuesto se explica más por la volatilidad de los ingresos que generan las universidades, a diferencia de las transferencias de la Nación que han sido crecientes por efectos de la financiación adicional a la base presupuestal.

En la práctica, esto ha significado que el grado de discrecionalidad de estas instituciones para lograr el desarrollo adecuado de sus ejes misionales se haya visto afectado por los impactos que generan las coyunturas adversas en los ingresos y gastos de la educación superior pública. En atención a esto, la credibilidad de los presupuestos, es decir el cumplimiento de las metas de gasto de funcionamiento e inversión de las universidades, ha sufrido cambios.

Al respecto, el debate de la credibilidad presupuestal asociado con los procesos de financiación y presupuestación efectivos viene cobrando importancia en el ámbito de la gestión de las finanzas públicas. 

Esto hace parte de la agenda de Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODS) que busca crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas. En concreto, estos asuntos se plasman en el indicador 16.6.1 que define los gastos primarios del gobierno en proporción al presupuesto aprobado originalmente, desglosados por sector (o por códigos presupuestarios o elementos similares), lo que se conoce como credibilidad presupuestal.

Este indicador denominado también como fiabilidad presupuestaria muestra la capacidad de un gobierno (universidad) para cumplir las metas previstas en materia de recaudos y pagos. Esto implica que en la medida que el gasto efectivo sea inferior (superior) al presupuesto previsto o monto asignado, se producen desviaciones que dan lugar a la infrautilización (subutilización) o sobreutilización de los recursos presupuestados.

En tal sentido, extendiendo este indicador al caso de las 33 universidades publicas colombianas para el periodo 2018-2022, a partir de la información que reportan en el sistema Consolidador de Hacienda e Información Pública (Chip) de la Contaduría General de la Nación se calcula el cociente entre los gastos efectivos de funcionamiento e inversión de las universidades en relación al presupuesto de gasto total (sin deuda) aprobado originalmente para cada vigencia.

En promedio, las 33 universidades presentaron un cumplimiento de sus metas del 92,3%. Esto representó una brecha de infrautilización o subutilización del gasto cercana al 7,7%, la cual se ubica en el umbral de desviación del 5% al 10% que se tiene como referencia para determinar si existen problemas de credibilidad presupuestal (Nemec, Ott, & Moubayed Bissat, 2023).

Esto permite evidenciar que las universidades públicas colombianas no presentaron riesgos de credibilidad presupuestal en la programación realizada de sus gastos, resaltando que los presupuestos en la vigencia comprendida, 2018-2022, fueron creíbles.

Sin embargo, si se descompone el período antes y después de la pandemia del covid, la credibilidad presupuestal se vio afectada en 2020 y 2021 siendo de 88,1%. Esto implica la ampliación de la brecha de subutilización en las metas de gasto de funcionamiento e inversión al 11, 9% en estos años. 

Esto se explica, en parte, por la contención del gasto que hicieron las universidades por el cierre y el confinamiento de los diferentes actores universitarios.

La disminución de la ejecución presupuestal en relación con las apropiaciones programadas, además de los efectos derivados de la pandemia, estuvo acompañada por la caída de las rentas propias de las universidades públicas, las cuales afectaron los presupuestos y flujos de caja de las instituciones universitarias.

Igualmente, fenómenos asociados con las bajas expectativas de recuperación económica, las restricciones en materia de ingresos que derivaron en la priorización de gastos, la adaptación al nuevo catálogo o clasificador de cuentas presupuestales y la poca experiencia en la presupuestación o en la previsión y planificación bajo ambientes de incertidumbre dificultaron una adecuada planeación presupuestal.

Con ello, aumentaron las pérdidas de credibilidad presupuestal en 2020 y 2021. Para el año anterior, la vuelta a la normalidad arrojó el índice de credibilidad más alto de los últimos años, 96,4%.

A todo esto, mejorar el índice de credibilidad presupuestal se convierte en un reto importante para el sistema universitario estatal en Colombia. Esto representa un principio crítico de la gestión transparente y la gobernanza eficaz de las finanzas universitarias en función del cumplimiento de las metas previstas de ingresos y gastos, lo cual facilita maniobrar en tiempos de emergencia y contribuir con la sostenibilidad financiera.

En suma, siendo la transparencia uno de los principios de la gobernanza, su relación con la credibilidad de los presupuestos se manifiesta en diferentes frentes que van desde la conformación de sistemas de información, el uso de nuevos instrumentos de medición financiera y la elaboración de informes que permitan la evaluación y gestión de los recursos que utilizan las universidades públicas colombianas para cumplir con sus objetivos misionales.

Del mismo modo, en tiempos de crisis como los que estamos viviendo, reconocer las incertidumbres que se desprenden de la estimación de los ingresos y gastos, lo cual hace más compleja la credibilidad de los presupuestos, exige de mayor responsabilidad y visión en la gestión financiera de las universidades.

Finalmente, más allá de contar con más recursos para financiar los gastos, esto se queda corto si no se planea y se ejecuta de forma eficiente y transparente. Incluso, la credibilidad tendrá sentido si va conectada con logro académico, disminución de la deserción, acreditación institucional y de programas, y otros temas importantes de la vida universitaria.

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*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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