Nuestras sociedades latinoamericanas han sido presas de la mentalidad de suma cero durante siglos.

Un juego de suma cero es, en palabras simples, una situación en la que si los unos ganan, los otros pierden. Un escenario donde se dan permanentemente este tipo de circunstancias es la posesión de la tierra: si uno la tiene, otro no la puede tener; si la uso para cultivar, no puedo hacer un pozo petrolero; si excavo una mina, no puedo tener un espacio de conservación ambiental.

Sin embargo, esto no es así en otros modelos productivos: si yo tengo una fábrica de pasteles, eso no excluye a otros de tener su propia fábrica de pasteles. Y en industrias de servicios o de tecnología esto es aún más evidente, pues siempre alguien podrá crear valor desde el conocimiento para solucionar necesidades en la sociedad.

Lo más grave de la mentalidad de suma cero es que se convirtió en la forma como vemos el mundo. Tal vez las facultades de economía han contribuido en parte con su reiterada metáfora de que la economía es un pastel que se reparte en tajadas. El problema de esta metáfora es que, si le dan la tajada de pastel al otro, yo me voy a quedar sin comer.

Esta visión de la sociedad como un juego donde si alguien gana otro tiene que perder perpetúa algunos de los problemas sociales más apremiantes de nuestra región, y está relacionada con la creencia de muchos de que el progreso económico y la atención a las demandas sociales son excluyentes.

El estallido social de los últimos años en América Latina mostró unas demandas sociales, unas necesidades expresadas por la sociedad. Fue un grito contundente de aquellos que claramente sienten que están perdiendo en el juego. Al final fue una oportunidad perdida, y como sociedad no logramos articular la idea de transformar el juego en uno más cooperativo.

Los eventos del Paro nacional profundizaron las hostilidades y las grietas entre los grupos antagónicos de la sociedad. Según Andrés Ucrós, experto en construcción de paz desde el sector privado, con quien conversamos en nuestro más reciente podcast en Tejiendo Puentes, hay una muralla cognitiva, comunicacional y política que no deja establecer comunicación entre el mundo productivo y el de las transformaciones sociales.

Esto lo confirman los resultados del estudio sobre polarización afectiva que implementamos en Sensata UX Research en abril de este año, en el cual las formas de protesta, desde la manifestación pacífica hasta el bloqueo de vías, y la aprobación al Esmad se revelaron como los principales desacuerdos ideológicos entre los líderes sociales y los representantes del sector privado. Esta actitud tan opuesta ante la protesta social sugiere que no hay disposición para la comunicación entre los dos mundos que representan cada uno de estos grupos.

¿Cómo dar pasos hacia una mentalidad gana-gana en Colombia?

Tal vez parezca una obviedad, pero la realidad es que solo será posible construir un juego, una sociedad cooperativa, cuando superemos la creencia de que es inevitable o incluso necesario que haya perdedores en la sociedad. Solo entonces tendrá sentido promover espacios genuinos para el diálogo y el acercamiento entre estos grupos. El conocimiento mutuo quizá permita el reconocimiento del valor social del trabajo del otro y su rol en la sociedad, así como la existencia de deseos y expectativas comunes.

Es necesario promover una cultura empresarial que defienda una visión de sostenibilidad y ganancia colectiva en el largo plazo, un juego infinito, como diría Simon Sinek. En palabras de Andrés Ucrós, algunas de las características de una mentalidad de ganar-ganar en las empresas son las siguientes:

  • Creer que el rol de la empresa es transformar la sociedad en el largo plazo a través de la generación de riqueza, oportunidades, y conocimiento.
  • Creer que la empresa es un actor más dentro del cuerpo social; si el cuerpo social está enfermo la empresa no puede ser sostenible.
  • Construir empresas que embellecen su entorno físico y social, y se vinculan directamente con las comunidades con las que interactúan promoviendo la confianza entre todos los grupos de interés.

Formar una nueva generación de empresarios que tengan mentalidad de ganar-ganar no solo con sus grupos de interés inmediatos, sino con la sociedad en general, es un reto tanto de las facultades de negocios como de las empresas que ya operan con esta mentalidad y tienen la capacidad de inspirar a otros a seguir sus pasos.

En este podcast encontrarás las recomendaciones de Andrés Ucrós acerca de lo que pueden hacer las empresas privadas para tejer puentes con los líderes sociales y reemplazar la hostilidad intergrupal por el diálogo para crear un juego para ganar-ganar.

Es directora de investigación en Sensata.io. Estudió filosofía y una especialización en organizaciones, responsabilidad social y desarrollo en la Universidad de los Andes y tiene una maestría en gestión organizacional pública y sin ánimo de lucro de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Osnabrück....