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Es claro que el coronavirus llegó para quedarse y es fundamental empezar a evaluar el desempeño de los gobiernos locales en cuanto a su capacidad de realizar acciones de vigilancia epidemiológica activa.

Recientemente un artículo de Bloomberg News mencionó a Colombia como el país con el brote más letal de covid-19. La métrica de Bloomberg es problemática porque ordena los países por muertes reportadas por millón de habitantes en los últimos 7 días. Una explicación del Instituto Nacional de Salud sobre los problemas de esta cifra se encuentra acá (también, una apreciación personal se encuentra acá).

Las comparaciones entre países o ciudades no es nueva. Ya en mayo, era clara la necesidad de comparar el desempeño de los alcaldes frente a la pandemia y en ese momento escribí esta entrada, dando algunos elementos para la comparación. Como mencioné en ese entonces, creo que “las acciones coyunturales de los gobiernos son un elemento fundamental (y sin duda el elemento más visible) pero no el único de la respuesta. Nos quedamos cortos si evaluamos ese elemento en forma aislada y comparándolo entre países/entidades territoriales con circunstancias diferentes.”

Sin embargo, es claro que el coronavirus llegó para quedarse y es fundamental empezar a poder evaluar el desempeño de los mandatarios locales, quienes tienen la competencia administrativa, en cuanto a su capacidad de planear y llevar a cabo las acciones de vigilancia epidemiológica activa. La vigilancia epidemiológica activa consiste en la búsqueda intencional de casos y contactos en una población antes que de que lleguen al hospital o incluso tengan síntomas. La vigilancia epidemiológica activa es crucial para reducir la transmisión y procurar retornar a una vida lo más cercana posible a lo normal. los indicadores que involucran mortalidad o número de casos pueden indicar el estado de la epidemia en las respectivas ciudades, pero no son buenos indicadores del desempeño de los gobiernos locales.

Por eso tenemos que empezar a hacer veeduría en el desempeño de los gobernantes locales con respecto al desarrollo de estrategias de vigilancia epidemiológica activa.

La vigilancia epidemiológica activa tiene tres actividades fundamentales: 1) pruebas 2) rastreo de contactos y 3) aislamiento efectivo de rastreo de casos y contactos. Brevemente discutiré cada uno de ellos y cómo medir si los mandatarios locales lo están haciendo bien:

Pruebas: Las pruebas son fundamentales para poder conocer el rumbo de la epidemia. Sin embargo, es posible seguir los siguientes dos pasos, el rastreo de contactos y el aislamiento sin ellas. Esto no quiere decir que no deben hacerse pruebas sino que más bien, no tener pruebas no es excusa para no hacer rastreo de contactos y aislamiento efectivo. Particularmente, porque el rastreo y el aislamiento se debe hacer desde el primer día, antes de haber incluso realizado las pruebas.

¿Cómo medir el desempeño de los gobiernos locales con respecto a las pruebas?

Número de pruebas por caso positivo. El número diario de pruebas por caso positivo demuestra la capacidad de pruebas de su ciudad o departamento. Como por cada caso, se requiere rastrear y hacer pruebas a entre 20 y 50 contactos, el mínimo para esta cifra debería ser 20, ojalá 50.

Rastreo de contactos: El rastreo de contactos es una pieza fundamental de la vigilancia epidemiológica, pues se sabe que salva vidas. El rastreo de contactos es la estrategia que permite diferenciar a los sanos y a los enfermos, lo cual es clave debido al alto porcentaje de asintomáticos.

¿Cómo medir el desempeño de los gobiernos locales con respecto al rastreo de contactos?

Porcentaje de casos relacionados: El desempeño del rastreo de contactos se mide por medio del porcentaje de casos detectados a través de rastreo de contactos sobre la totalidad de casos. Una aproximación para este indicador es el porcentaje de “casos relacionados”. Es decir, casos que tienen un vínculo epidemiológico con un caso. Este es un indicador optimista, pues no todos los casos relacionados son detectados a través de rastreo (por ejemplo, los miembros del hogar de un caso detectado son calificados como casos relacionados, pero no son realmente rastreados). No hay un número mínimo, pero por la experiencia colombiana, parece sugerir que ciudades con porcentajes mayores al 40 por ciento mantienen la transmisión bajo control.

Aislamiento efectivo:

Finalmente, el aislamiento efectivo de los casos y los contactos es el desenlace final de las otras dos actividades, las pruebas y el rastreo. Lo que se pretende es hacer aislamiento de las personas enfermas para reducir el nivel de transmisión y permitir que las personas sanas puedan salir a la calle.

¿Cómo medir el desempeño de los gobiernos locales con respecto al aislamiento?

Proporción de contactos que son aislados dentro de los cuatro primeros días de detectado el caso índice. Este indicador, mide la efectividad del aislamiento.  El porcentaje mínimo para lograr control de la transmisión es 80 por ciento. Es decir que 4 de cada 5 contactos debe ser aislado antes del día 4 posterior a la detección del caso índice (la persona enferma detectada inicialmente). Desafortunadamente este indicador no puede ser medido con los datos públicos que tenemos hoy.

Estos tres indicadores podrán ayudar a los ciudadanos a llevar a cabo una mejor veeduría del trabajo que hacen los gobernantes locales con el fin de evaluar en forma más objetiva, su desempeño en el manejo de la epidemia y así poder empezar a sentar las bases para poder volver a una vida lo más cercana a la normalidad posible.

Es profesor e investigador en la Universidad John Hopkins. Estudió medicina en la Pontificia Universidad Javriana, una maestría en economía en la Universidad de los Andes y es doctor de la Universidad John Hopkins. Sus áreas de interés son la economía de la salud y sistemas de salud.