En el Museo Colonial se exponen las piezas objetuales resultado de un laboratorio que articula el estudio del patrimonio mueble, a través de una pieza del siglo XVIII, y el patrimonio cultural inmaterial, representado a través de la técnica de Barniz de Pasto.
En su redondez y ornamentación de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, la organicidad de las formas y la intensidad de sus colores brillantes tienen el efecto calmo de un mandala en alto relieve, que invita a tocar y a sentir pliegues y pegues.
Desde que era niña, la pieza de madera que adornaba alguna mesa de la casa me atraía hasta haber logrado quedarme con ella. Sin duda ha sido una influencia estética en mi oficio aunque, a decir verdad, me quedo corta en el conocimiento y complejidad de la técnica que le dio origen.
Tal vez esta columna sea la manifestación pública de mi deseo de viaje al sur para ser testigo del proceso en persona. Mientras tanto lo aprecio a través del trabajo liderado por mi colega creadora de otros mundos, Lorena Guerrero Jiménez, quien desde niña habita ese concéntrico sueño.