Este lunes, Ecuador reabrirá su embajada en Colombia para que opere desde allí su encargado de negocios. Aunque todavía faltan unos pasos para normalizar del todo las relaciones entre ambos países, el canciller Jaime Bermúdez demostró que la diplomacia funciona.

El Canciller de Ecuador y el Canciller de Colombia llevan mas de un año manteniendo reuniones de bajo perfil para ir superando los conflictos.

Este lunes, Ecuador reabrirá su embajada en Colombia para que opere desde allí su encargado de negocios. Aunque todavía faltan unos pasos para normalizar del todo las relaciones entre ambos países, el canciller Jaime Bermúdez demostró que la diplomacia funciona.

Varias cosas contribuyeron al manejo exitoso de la crisis: el profesionalismo de ambas cancillerías, la personalidad y buena química entre Bermúdez y el canciller Fander Falconi, la activa participación de la sociedad civil de ambos países y sobre todo la mediación del Centro Carter.

Después de que se rompieron las relaciones el 3 de marzo de 2008, cuando Colombia cruzó sin permiso la frontera de Ecuador para bombardear el campamento del jefe guerrillero Raúl Reyes, el vecino país rompió las relaciones y retiró a su embajador con costos altos para los dos paises. Entre enero y septiembre de 2009 las exportaciones de Colombia hacia Ecuador cayeron 13,68% con respecto al mismo período de 2008. (Ver datos comerciales completos)

El Centro Carter ya venía acompañando el proceso de la Asamblea Constituyente en el Ecuador y cuando surgió la crisis, el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter contactó a los presidentes de Colombia y Ecuador para ofrecer sus servicios de mediador.

La tercera fue la vencida

El proceso tuvo tres intentos, dos fallidos y un tercero, que finalmente abrió la puerta para el actual restablecimiento de las relaciones.

El primero fue en abril de 2008. Fue un ejercicio secreto. Pero se frustró porque tanto Ecuador como Colombia se habían comprometido a no dar declaraciones negativas sobre el otro durante diez días mientras se enviaban señales unilaterales de acercamiento.  Sin embargo, Luis Camilo Osorio, el embajador de Colombia en México, hizo una declaración desobligante sobre Ecuador, ante lo cual el presidente Rafael Correa respondió con otra ofensa y Àlvaro Uribe se enojó hasta el punto que hasta ahí llegaron los primeros esfuerzos de reconciliación.

El segundo intento fue unos meses después, cuando efectivamente negociaron una declaración que se hizo pública el 6 de junio de 2008, anunciando el restablecimiento de las relaciones a través de los encargados de negocios. Ambos decían que a petición del Presidente Carter daban ese primer paso. Sin embargo, dos días antes de hacer el intercambio de notas diplomáticas, se frustró el acuerdo por un cruce de declaraciones ofensivas entre los presidentes Correa y Uribe. Ese impase duró un año.

Luego, en junio pasado, los dos presidentes autorizaron al Centro Carter para que iniciara una mediación y se juntaron los dos cancilleres en Atlanta, Estados Unidos.  De ahí salieron unas propuestas que fueron trabajadas y acordadas por los dos presidentes. Cuando estaban en ese ejercicio, el juez de Sucumbíos emitió su orden de captura contra Juan Manuel Santos y los generales Freddy Padilla y Oscar Naranjo por la operación contra Reyes. Ese incidente demoró todo el proceso.

Pero finalmente retomaron la mediación con una hoja de ruta que permitió la comunicación directa de los dos cancilleres, que finalmente se reunieron en Nueva York en septiembre para acordar los detalles que permitieron la apertura de la embajada la próxima semana. Los mediadores del Centro Carter definieron unos parámetros de comportamiento para ambos países: no recurrir a la prensa para hacer declaraciones y seguir una hoja de ruta. Tanto Falconi como Bermúdez siguieron el protocolo.

En el intervalo entre la reunión en Atlanta y la de Nueva York, el encargado en terreno de la mediación por parte del Centro Carter estuvo en Ecuador y Colombia, justo antes de la reunión de Unasur, en Bariloche. Producto de sus ires y venires, el presidente Uribe pidió disculpas por el bombardeo de Reyes y su homólogo también hizo su parte.

El Presidente Correa hizo pública una fotocopia del diario de Raúl Reyes, que incluía ciertas negociaciones con el ‘comandante Nacho’, el alias de Ignacio Chauvín, asesor muy cercano al el ex ministro de Defensa ecuatoriano Gustavo Larrea. Con eso, envió una señal a Colombia de que aceptaba (así fuera de ladito) que algunos de sus funcionarios sí tuvieron nexos con la guerrilla, con lo que concedía al argumento de Uribe de que no era obvio avisarle antes de bombardear el campamento guerrillero.

El dato interesante en este episodio es que presentaron una fotocopia del diario ante la Fiscalía para las investigaciones, lo cual no es una prueba válida en un proceso judicial en Ecuador. Con esta movida, tuvieron la excusa de hacer público el diario y hacerle el guiño a Colombia sin enviar a su ex funcionario a la cárcel.

La parte ciudadana

Incluso cuando la mediación estaba detenida, el Centro Carter siguió trabajando con personas de alto nivel de Ecuador y Colombia que desde el 2007 hacían parte de una comisión binacional y que jugaron un papel clave en todo el proceso de reconciliación.

“Desde que comenzó la ruptura de las relaciones, empezaron a reunirse sectores de la sociedad civil de ambos países. La gente de la población fronteriza fue muy clave. Ese fue un elemento fundamental para el restablecimiento de las relaciones”, dice Martha Ardila, profesora de relaciones internacionales de la Universidad Externado.

El grupo de la comisión binacional pasó mensajes entre un gobierno y el otro de manera discreta. Sirvió como espacio bilateral en el que los funcionarios podían testear algunas cosas sin compromiso. Y cuando llegó Gabriel Silva al Ministerio de Defensa, sirvió para armar un puente directo con el ministro de Defensa ecuatoriano Javier Ponce.

La gente que vivía en la frontera también jugó un papel importante. Académicos de lado y lado se reunieron Ipiales, Pasto y Tulcán para explorar alternativas. Y lo mismo hicieron los empresarios. Las Cámaras de Comercio de ambos países buscaron activamente incidir sobre sus propios gobiernos.

“En Ecuador, desde el principio, han existido vasos comunicantes entre lo económico y lo político”, explica Ardila. “Por la crisis, habían disminuído las exportaciones y existía el temor de que se tomaran represalias en lo económico.”

Aunque hay motivos para alegrarse, todavía quedan los temas más duros por resolver. Desde el mismo momento del rompimiento, Ecuador le exigió a Colombia la información completa sobre el operativo contra Reyes y también acceso al computador del guerrillero, del cual se filtra continuamente información que salpica a funcionarios del vecino país. Por el lado de Colombia, está el tema de los juicios en contra de Juan Manuel Santos, el general Freddy Padilla y el comandante de la Policía, general Oscar Naranjo, quienes son procesados en Ecuador por homicidio, por la muerte de ecuatorianos que estaban en el campamento con Reyes.

Cuando se resuelvan esos temas – también con la asistencia del Centro Carter – las relaciones entre ambos países se normalizarán por completo. Quizás esa hoja de ruta aplicada con los ecuatorianos pueda emularse con Venezuela.

N. de la Directora: La historia fue actualizada con nueva información a las 7: 50 p.m.

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...