La semana pasada pasaron los presidentes por Glasgow, Escocia, donde se lleva a cabo la Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP 26). Esta semana arranca la negociación al detalle del Acuerdo de las Partes. Ahí se plasma en compromisos concretos los anuncios políticos sobre financiación climática y metas de reducción de emisión de gases con efecto invernadero (GEI).
“Hay un ambiente de expectativa muy grande porque empiezan a llegar los equipos negociadores de los ministros”, dijo Karen Oliveira, asesora de políticas para Brasil en The Nature Conservancy.
Contexto: El IPCC —el panel de expertos sobre cambio climático de la ONU— dijo antes de esta COP que las acciones contra el cambio climático tienen que ser inmediatas y más contundentes para evitar que el planeta se caliente más de 2 grados centígrados para 2030.
Para lograr estas metas hay que superar la tensión entre países desarrollados y países en desarrollo. Los primeros emiten, y han emitido en el pasado, la mayoría de GEI que causan el calentamiento global.
Los países en desarrollo, que en el pasado han contribuido muy poco al calentamiento global, necesitan financiación para cumplir con sus compromisos actuales de reducir emisiones. Además, deben llevar a cabo obras para adaptarse a los efectos inevitables del calentamiento del planeta causado, mayoritariamente, por los países desarrollados, en especial Estados Unidos y los de la Unión Europea.