Imagen tomada del portal elespanol.com, que publicó las fotos de los seguimientos hechos por la Guardia Civil en el marco de la Operación Lezo. Se pueden ver allí al empresario Yuyo Daes y al capturado exejecutivo español Edmundo Rodríguez Sobrino.

El poderoso contratista barranquillero era el supuesto poder a la sombra en la Alcaldía cuando se tomó decisión clave para que a la Triple A entrara española Canal de Isabel II.

En el escándalo de corrupción que estalló en España, luego de la captura de varios altos ejecutivos de la empresa pública madrileña Canal de Isabel II, accionista mayoritaria de la barranquillera Triple A, ha terminado mencionado de refilón en medios de ese país un súper poderoso barranquillero al que la gran prensa nacional poco se ha referido.

Se trata del empresario y megacontratista José Manuel ‘el Yuyo’ Daes, a quien justamente la Alcaldía de Álex Char escogió este año (junto al antioqueño William Vélez, también mencionado en España en este escándalo y sobre el que La Silla prepara una historia) para ser socio privado de la ciudad en una sociedad mixta que manejará el alumbrado público, en un esquema legal similar al que dio luz a la Triple A hace 26 años para el acueducto, el alcantarillado y el aseo.

Como lo contamos en La Silla Caribe en una investigación que publicamos hace dos años, José Manuel ‘el Yuyo’ Daes Abuchaibe y su hermano Christian, son los dueños de la exitosa empresa privada Tecnoglass (que exporta vidrio a Estados Unidos y cotiza en Wall Street) y, al tiempo, en los últimos siete años de gobiernos charistas en Barranquilla han ganado contratos públicos (solos o en consorcios) por más de 370 mil millones de pesos, lo que los ha convertido en megacontratistas del Distrito.

Su poder emergente en La Arenosa y una investigación que por narcotráfico les abrieron en Estados Unidos hace 20 años y posteriormente les cerraron los han convertido en figuras polémicas en la ciudad a pesar de que sus logros empresariales y amplia generosidad en varios sectores son innegables.

En las ‘chuzadas’ y rastreos que hizo la Guardia Civil española, y que fueron filtrados a medios en España para tratar de evidenciar la red que saqueó a Canal de Isabel II, apareció un audio y una foto (la de la portada de esta historia) de una reunión entre el Yuyo Daes y uno de los ex ejecutivos españoles capturados: Edmundo Rodríguez Sobrino, expresidente de Inassa, la filial a través de la cual Canal tiene las acciones en la Triple A.

La Silla Caribe investigó en qué sentido exactamente Daes ha sido nombrado por la prensa europea y qué tiene o podría tener que ver este contratista en la historia de la empresa mixta de servicios públicos de los barranquilleros.

El escándalo

Las autoridades españolas investigan si recursos públicos de la Comunidad Autónoma de Madrid fueron desviados hacia paraísos fiscales y campañas políticas del partido español de derecha PP a través de inversiones que hizo Canal en sociedades de América Latina, como la Triple A, pagando precios inflados que después les eran devueltos por debajo de la mesa.

Y también si, para entrar a esos negocios en nuestro continente, esa red de corrupción repartió coimas y hasta financió a políticos en varios países, según detallan los medios españoles a los que les han filtrado datos, fotos y audios de la investigación bautizada como Operación Lezo. (En Colombia, el fiscal Néstor Humberto Martínez, quien a mediados del mes pasado viajó a reunirse con su homólogo español para sumarse a las pesquisas, la llamó Operación Acordeón desde esa fecha).

Precisamente, Canal de Isabel II obtuvo la mayoría accionaria en la Triple A después de pagar un valor 10 veces superior al que las mismas acciones habían costado apenas un año antes.

Cuando la Triple A autorizó la llegada de un socio extranjero, el Distrito de Barranquilla tenía el 85 por ciento de las acciones de esa compañía. Pero en poco más de dos décadas se quedó sólo el 14 por ciento de las mismas.

Por eso, para efectos colombianos, una de las preguntas del millón que muchos se hacen ahora que explotó el caso es quiénes intervinieron para que eso sucediera y cómo lo hicieron.

En La Silla Caribe intentamos desenredar esa madeja técnica en el siguiente gráfico: ‘Cómo fue perdiendo Barranquilla sus acciones en la Triple A’, en el que también detallamos algunos otros momentos clave de la empresa.

(Instrucciones: haga clic en los puntos amarillos de la línea de tiempo para leer los hitos que se dieron en los distintos años. Siga la historia después del gráfico).

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El Yuyo

En una chuzada telefónica de la Operación Lezo, transcrita en el diario El País, aparece el entonces presidente de Canal de Isabel II (Ignacio González, hoy capturado por estos hechos) diciendo sobre la compra en 2001 de Inassa -la filial a través de la cual Canal tiene las acciones en la Triple A- en Colombia: “Eso sí que fue un pelotazo”.

 

Según la Real Academia Española, pelotazo en España significa “operación económica que produce una gran ganancia fácil y rápida”.

Este “pelotazo” colombiano y otros más, como uno en Brasil, que de hecho es punto de partida de la investigación, en donde en 2013 Canal compró la firma Emissao Engenharia e Construcao por seis veces su valor, según las pesquisas judiciales publicadas, son la columna vertebral de la Operación Lezo.

Es en ese contexto en el que la reunión que tuvieron el ‘Yuyo’ Daes y Edmundo Rodríguez Sobrino, el hoy capturado expresidente de Inassa, ha despertado interés en España porque lo que dijo Rodríguez ha sido interpretado como una “confesión” que dio un dato clave para los investigadores de Lezo, según medios como okdiario.com.

Según los medios de ese país El Confidencial y El Diario, dicho encuentro se produjo el 21 de julio de 2016 en el hotel Villamagna de Madrid y fue ‘chuzado’ por la Guardia Civil que ya estaba investigando al español Rodríguez, quien para ese entonces ya había sido despedido de la presidencia de Inassa por parte de Canal de Isabel II por haber aparecido en los ‘Papeles de Panamá’ como cabeza de tres empresas en Hong Kong.

La parte transcrita del audio de la reunión publicada en estos medios señala que Daes le preguntó al español: “¿Cuánto le entraba al Canal”?, a lo que el entonces ejecutivo respondió textualmente que “A Canal le han entrao, te digo la cifra total, a Canal le han entrado 65 millones, eso es lo que le han entrao… A ver, invirtió en una operación, eh… que tú conoces… en la que le robaron 25 millones, porque cuando yo entré, Yuyo, aquello valía 10, aquello valía 10”.

En España le han dado gran relevancia a esa frase de Rodríguez Sobrino de que a Canal “le robaron 25 millones” porque “aquello valía 10”. 

En una millonaria vuelta privada, en 2001 Canal le compró a un grupo de empresarios barranquilleros, encabezados por el fallecido Enrique Gerlein Echeverría (hermano del senador conservador Roberto Gerlein Echeverría), una parte mayoritaria en Inassa, con lo cual esa empresa pública española se convirtió en dueña de la Triple A.

Lo hizo a través de una firma en Panamá y por un valor muy superior (73 millones de dólares) al que las mismas acciones habían costado apenas un año antes (7 millones de dólares), según han detallado en España los medios. -Ver gráfico con la historia de las acciones de la Triple A-.

El Yuyo Daes no ha tenido a lo largo de su vida ninguna conexión oficial con la Triple A y es posible, como le han dicho los Daes a conocidos suyos, que no tenga nada que ver con este escándalo en el que en todo caso no está siendo investigado. Y que hubiera terminado apareciendo en esta foto por de malas, por haberse encontrado justo ese día visitando en España a su amigo Rodríguez Sobrino y hablando del tema de ‘chismoso’.

La única conexión indirecta que eventualmente podría tener el Yuyo con la Triple A es por el rol que dicen que jugó durante la segunda Administración barranquillera de Bernardo ‘el Cura’ Hoyos, que fue la Alcaldía que extendió, con autorización del Concejo, la concesión que por dos décadas tenía esa empresa para prestar los servicios de acueducto, alcantarillado y aseo.

Durante ese Gobierno del Cura, entre 1998 y 2000, los Daes se ganaron su primera concesión: una que aún tienen para encargarse del mobiliario urbano. Pero además, el Yuyo Daes era mencionado en Barranquilla como el supuesto poder a la sombra en la ciudad.

Aunque no tenía ningún cargo formal en la Administración, en un informe sobre esa segunda Administración del Cura, publicado en 2001 por la revista Cambio y citado en El Tiempo, se asegura que quien manejaba los hilos y “decidía a quién se debían entregar los contratos del Distrito” era el empresario José Manuel ‘el Yuyo’ Daes desde la Cárcel Modelo, en donde estaba detenido para la época por supuestos nexos con el Cartel de Cali.

De ese supuesto poder habló el propio Cura después en una entrevista en 2012 en la revista Bocas de El Tiempo, en donde dijo que en su segundo Gobierno “las contrataciones las hacían en la Cárcel Modelo, donde había una persona detenida y fue quien manejó las contrataciones”.  

Al respecto, una persona que conoce por dentro el Movimiento Ciudadano (el grupo del Cura) nos había dicho hace un tiempo: “El Yuyo Daes era muy cercano al Cura, era un sostén económico para él, uno de los principales”.

Daes siempre ha negado esa presunta injerencia y La Silla Caribe no tiene ninguna prueba de que la haya tenido.

En cualquier caso, esa Alcaldía del Cura Hoyos fue clave en la historia de la Triple A por la prórroga que el mandatario hizo de la concesión, en una decisión que en aquella época fue calificada como “misteriosa” por la revista Semana, cuando aún faltaban 13 años para que ese contrato se terminara.

El Yuyo Daes era muy cercano al Cura, era un sostén económico para élFuente del Movimiento Ciudadano

Aunque el Cura ha explicado que lo hizo porque llegó a un acuerdo con la Triple A para que se hicieran inversiones en parques y en redes hacia el sur de la ciudad, en donde él tiene la mayoría de sus simpatizantes (es decir, que el mayor tiempo fue a cambio de más obligaciones y de invertir en las zonas más marginadas), la decisión generó sospecha porque no es normal prorrogar cuando falta más de la mitad del plazo del contrato vigente.

Esas suspicacias cobran vigencia a la luz del escándalo actual, pues la prórroga valorizó la empresa justamente meses antes de que los empresarios locales que tenían acciones en Inassa hicieran la movida millonaria de venderle a Canal 10 veces más caro de lo que habían comprado.

Dos personas que conocen la Triple A por dentro nos explicaron que la extensión del negocio que autorizó Hoyos (y también otros aspectos, como la entrada de operaciones de la Triple A en otros sitios como Soledad y en Venezuela) puede haber servido para justificar el precio que pagaron los españoles de Canal porque una concesión vale más en la medida en que cuente con más tiempo. Es decir, no es lo mismo vender un negocio que probablemente se acabará en 13 años a uno que tiene asegurada su permanencia 33 años más.

El mismo día que el Concejo le aprobó al Cura la ampliación del término de la concesión de la Triple A mediante el Acuerdo 001 del 31 de mayo de 2000, la misma corporación autorizó al mandatario hacer una modernización de la gestión del recaudo de los impuestos distritales con el Acuerdo 002 que terminó convertida en uno de los contratos más polémicos de la historia de Barranquilla y que generó un oscuro episodio en el que cuatro años después terminó indirectamente mencionado el Yuyo Daes.

Ese empresario ahora vuelve a aparecer mencionado tangencialmente, esta vez, en una novela judicial que apenas empieza en España y a medio sentirse en Colombia.

Fue periodista de historias de Bogotá, editora de La Silla Caribe, editora general, editora de investigaciones y editora de crónicas. Es cartagenera y una apasionada del oficio, especialmente de la crónica y las historias sobre el poder regional. He pasado por medios como El Universal, El Tiempo,...