Así fueron las 24 horas de agonía de la reforma política

Así fueron las 24 horas de agonía de la reforma política
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La Comisión Primera de Senado, escenario del hundimiento de la reforma a la política.

La agonía de la reforma política duró 24 horas. Desde el mediodía de ayer estaba muerta, pero ese fue el tiempo que duró el pulso para definir quién cantaba victoria, si el gobierno con el anuncio de retiro o la oposición con el archivo.  

Sobre la 1:35 de la tarde, mientras el presidente Gustavo Petro radicaba en el Congreso su reforma pensional en el salón Constitucional, un piso abajo, en la Comisión Primera del Senado, se empezaba a organizar el hundimiento de la reforma política. El primer golpe parlamentario a su gobierno.

Al mismo tiempo, en el salón Elíptico se debatía el Plan Nacional de Desarrollo, y en el recinto de la plenaria del Senado se alistaba la moción de censura contra la ministra Irene Vélez. Era un día agitado.

Por eso, los ojos no estaban en la Comisión Primera. Y doce congresistas de Cambio Radical, Centro Democrático, el partido Liberal, La U, el Conservador y Humberto de la Calle, lo aprovecharon y procedieron a ejecutar la operación para hundir la reforma política.

Fue en dos fases. Primero, por iniciativa del senador Carlos Motoa, del nuevo partido opositor Cambio Radical, lograron cambiar el orden del día. Hicieron aplazar el primer punto, el debate del Código Electoral que pintaba ser largo y tedioso porque tenía 277 artículos y más de 100 proposiciones. Y así, pasar al siguiente tema: la reforma política.

Los 12 querían debatir la reforma porque tenían los votos para hundirla. Habían llegado a ese acuerdo la semana pasada cuando se conoció la ponencia y sentían la reforma como una apuesta para beneficiar al Pacto Histórico. También como una imposición a rajatabla del ministro del Interior, Alfonso Prada. No les gustaban las listas cerradas obligatorias, el transfuguismo o la idea de que las campañas fueran financiadas exclusivamente por el Estado, dejando fuera a los privados

La senadora María José Pizarro, defensora de la reforma del gobierno, entendió rápidamente la jugada y también pidió aplazar su iniciativa. Pero solo consiguió el respaldo de Alexander López, del Polo. No estaban presentes Roy Barreras, Aida Quilqué, Ariel Ávila o Julián Gallo, quienes podrían haberse sumado. Ante ese escenario, el presidente de la comisión, el liberal Fabio Amín, tiró un salvavidas a la coalición oficial: que se ampliara la votación por 30 minutos como lo permitía el reglamento.

Esto desató la pelea. “Usted es una vergüenza para el partido Liberal”, le gritó fuera de micrófonos su compañero Alejandro Chacón. “Mañoso”, acompañó David Luna. “Si quiere levantar la sesión y hacerle el favor al gobierno, pues levántela”, añadió Carlos Motoa. “Tramposo”, remató Jorge Benedetti. 

Amín, cordobés, logró comprar tiempo. Porque de manera súbita, antes de las 3 de la tarde, apareció Roy Barreras. Venía de una quimioterapia en la fundación Santa Fe donde se trata un cáncer. Traía pegado a su torso una bomba de infusión para inyectarse los medicamentos del tratamiento. “Durante toda la mañana estuve hospitalizado, por esa razón no pude estar”, dijo.

Roy no llegó para sumar votos a la idea de aplazar lo inaplazable, el hundimiento de la reforma, sino para hacer uso de su poder como presidente del Senado y anunciar que iba a abrir el registro de la plenaria a las 3 de la tarde para la moción de censura. Con eso, obligaba a la comisión a levantar su sesión y el debate de la reforma quedaba aplazado.

El senador Jonathan Pulido, más conocido como Jota Pe y férreo opositor a las listas cerradas, se grabó en modo selfie para decirles a sus seguidores que los del Pacto habían hecho una ‘jugadita’ para salvar la reforma. Pizarro apareció en el cuadro para reclamarle. “Acá estoy, diga la verdad, yo no le tengo miedo”.

Alexander López le habló en un tono más alto. “La oposición no nació con usted, Jota Pe, para hablar de reformas políticas, de cambios estructurales, pasaron muchos años, muchos procesos. Respete”, respondió.

Con la orden de Barreras y un ambiente más que tenso se levantó la sesión. El gobierno había logrado ganar un día más. Apenas para idear una estrategia para perder con honor.

Roy y su puesta en escena

La comisión citó a las 9 de la mañana de este jueves. Alfredo Deluque, senador de La U, fue el único en llegar cumplido. Luego entraron tres camarógrafos con carnets de funcionarios del Congreso. Eran del equipo del senador Barreras.

Uno puso un trípode con un celular en la curul del senador. Otro se acomodó en diagonal desde el cafetín. El otro se movía libre por el recinto. Roy entró después. Saludó y revisó unos papeles que llevaba en la mano. El viceministro del Interior, Gustavo García —hijo del ex senador liberal Guillermo García Realpe— lo llevó a una esquina. Con la bandera de Colombia de fondo, afinaron el paso siguiente. 

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Roy y García momentos previos al debate.

Cuando hubo quórum para deliberar se abrieron los micrófonos para hablar y dejar constancia. Roy levantó la mano. Miró a sus camarógrafos y arrancó su puesta en escena.

Destacó que la comisión históricamente ha dado debates de altura, que es la comisión más importante del Congreso, que por ahí han pasado apellidos como Galán, Gaviria, Petro, Vargas Lleras. Del otro lado, Deluque gritó: “Y Rodolfo Hernández”. Hubo risas y miradas cómplices.

Siguió destacando para las cámaras los objetivos que para él perseguía la reforma: acabar con la compra de votos, fortalecer los partidos. Le añadió uno que recién apareció en la ponencia del quinto debate: ponerle coto al boom de partidos políticos. Por supuesto, sin referirse al de él, Fuerza de la Paz, que nació recientemente por una gabela que le dio el Consejo Nacional Electoral. “Sueño con una reforma política que deje unos 4 o 5 partidos políticos fuertes”, dijo.

Y llegó al clímax. Agarró las hojas de la ponencia de la reforma política y las rompió agregando dramatismo al momento. “Le pido hoy al Gobierno y al ministro del Interior que retiren esta reforma política. Nos quedan tres años para que hagamos la reforma profunda, abierta y de cara a la ciudadanía que el país necesita”, dijo. La escena quedó retratada en videos y fotos que el equipo de prensa de Barreras hizo llegar inmediatamente a los chats de los periodistas que cubren el Congreso. 

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Roy en el acto simbólico para pedir el retiro de la reforma.

Fue la culminación de una estrategia para no entregar la cabeza de la reforma a la oposición. La había iniciado la bancada del Pacto Histórico al sacar un comunicado en la madrugada para pedir el retiro del proyecto porque, decían, que “se han introducido micos que han demostrado la falta de voluntad política de unas bancadas para modificar las reglas de juego”. No mencionaron que varios de sus congresistas del Pacto eran los autores de los ‘micos’.

Luego fue el presidente Petro, a través de Twitter, el que bajó el pulgar. Señaló que la reforma “sin listas cerradas y cremalleras, es decir que permitan igualdad de curules para hombres y mujeres y sin financiación estatal de las campañas, la reforma no aporta un avance en la calidad de la política”. La escena de Roy le allanó el camino al ministro del Interior, Alfonso Prada, para que hiciera el anuncio final. Así, lograban que se votara el retiro y no el archivo de la reforma como lo habían pedido los opositores el día anterior. Una salida más decorosa en trámites legislativos.

El grupo de los 12, que pasó a ser de 13 cuando se sumó Julio Elias Chagui Florez de La U, no se las dejó fácil.

Petro el meme y Jota Pe instigando

Motoa, Luna y Benedetti jugaron la mañana entera con la necesidad del gobierno. Insistieron en que en vez de votar la propuesta de retiro del ministro Prada debían mejor votar el archivo del proyecto. Era su manera de demostrar que ganaron y no caer en la narrativa del gobierno de que la reforma había caído por voluntad del petrismo y no de la oposición.

Estaban tan a gusto con la situación que, mientras Prada sustentaba la idea del retiro, Benedetti les mostró a sus compañeros en el celular un meme que circuló en redes sociales toda la mañana. Ese en el que salía el presidente Petro y le atribuían una frase que decía: “Reforma política, no la crie esa es la realidad”. Era un montaje sobre una gráfica que había hecho Cambio sobre una entrevista pasada al presidente. 

Barreras se acercó a Luna, a De la Calle, a Chacón. “Dejen que se vote el retiro y ya”. Le respondían que sí, luego se reunían entre ellos y decían que no. Jota Pe fue el más insistente en no darle esa papaya al gobierno.

Aunque llegó tarde a la sesión —tenía excusa— Jota Pe atizó el ambiente. Pidió la palabra para decir que el hundimiento de la reforma no se debía a la buena intención del presidente Petro. Porque la reforma impulsada por el gobierno solo beneficiaba a ‘politiqueros’ como Roy Barreras, quien justo acababa de entrar de nuevo al recinto después de atender unos medios. “Hoy Colombia ha podido ver quienes buscaban beneficios propios para ellos y sus amigos”, comentó.

Roy replicó. Le dijo que no era con epítetos como se daban los debates en esa comisión. “Usted lo que está es asustado por el escándalo que le voy a sacar prontamente”, respondió desafiante Jota Pe. “Gracias por notificarme que ahora es fiscal delegado”, contrapunteó Barreras.

Humberto de la Calle, que quedó en medio del cruce, optó por dar la espalda y levantarse de su silla. Las cámara seguían sobre Roy.

Con el dilema entre definir qué votar, el retiro o el archivo, el presidente de la Comisión Amín dio largas mientras había un consenso. Pero siguieron los ataques. Benedetti insistió en el archivo y Roy le sacó en cara que fue él el que propuso el artículo del transfuguismo, uno de los más cuestionados de la reforma.

Cuando parecía que la pelea había llegado a un punto de no retorno, las cámaras apuntaron a otro lado, y Barreras se acercó a Benedetti y lo abrazó. “Me tiraste un sablazo”, le dijo entre risas el senador costeño. Y luego empezaron a hablar de las elecciones regionales en el Caribe. El show había terminado. 

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Motoa, Benedetti y Barreras en un tono más de camaradería.

A las 12:25 del medio día y ya cansados de escuchar discursos de parte y parte, Motoa, Luna y Benedetti cedieron. Aceptaron que se votara primero el retiro propuesto por Prada. Con 16 votos a cero, la reforma se retiró.

Antes de dar su sí, Jota Pe, agarró de nuevo el celular en modo selfie y se grabó para dejar constancia de que su voto era por archivar el proyecto, aunque técnicamente fue por el retiro.

Oficialmente, la reforma política, la apuesta del gobierno Petro por cambiar el sistema político y apuntalar con ella su poder en las próximas elecciones, estaba hundida. 

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