Anoche, en medio de su discurso durante el Congreso Ganadero, el presidente Gustavo Petro invitó a José Felix Lafaurie a ser delegado del Gobierno en la mesa de negociación con el ELN. A los pocos minutos, el presidente ejecutivo de Fedegan aceptó en representación de ese poderoso gremio que encabeza desde hace 18 años.
Así funciona la “rosca” de Fedegán sobre la que Lafaurie está montado

“Esta Asamblea del sector ganadero lo que me ha pedido es que yo lo acepte”, dijo, refiriéndose a los aplausos que se escucharon en el auditorio tras la invitación del Presidente.
Sin embargo, qué tan legítima es la representación de Fedegán de los casi 700 mil ganaderos que hay en el país está en entredicho.
La Silla habló con ocho ganaderos de distintas regiones del país, dos de ellos ex miembros de la Junta Directiva de Fedegan y dos miembros del movimiento Demogán, que agrupa a cerca de 200 ganaderos que buscan que haya verdadera democracia interna en la Federación. Todos coincidieron en que el gremio no representa ni al 10 por ciento de los ganaderos del país.
Esto es producto del sistema bajo el cual se eligen sus delegados y miembros de junta. Así, el gremio que maneja más de 110 mil millones de pesos anuales de aportes parafiscales (públicos) por la venta de leche y carne, mantiene una hegemonía interna, según esas fuentes, en cabeza de Lafaurie.
Que Lafaurie, un miembro fundador del Centro Democático y esposo de la senadora María Fernanda Cabal, sea negociador del ELN en representación del Gobierno Petro es llamativo. Se da luego de una larga historia de enemistades entre Petro y Fedegan. En 2016 el presidente dijo que los ganaderos que representaba Lafaurie eran “narcolatifundistas expropiadores violentos de campesinos”. Y hace ocho meses, Lafaurie decía que la propuesta la propuesta de redistribución de la tierra de Petro era “ una amenaza de expropiación disfrazada de impuestos”.
La enemistad empezó a superarse con la firma del acuerdo de compra de 3 millones de hectáreas de tierra, hace un mes. Y ahora se cimienta una alianza con Lafaurie en el equipo negociador. Pero su presencia está lejos de representar al grueso de los ganaderos del país.
La perpetuidad de la junta de Fedegán
Lafaurie, un político samario de 65 años, fue elegido como Presidente Ejecutivo de la junta de Fedegán en agosto de 2004. La decisión se tomó un día después de la renuncia de su anterior presidente, Jorge Visbal Martelo, quien llevaba más de 10 años en el cargo y fue condenado por nexos con paramilitares en 2018. La hoja de vida de Lafaurie fue la única que llegó ese día.
En la reunión de la junta que lo eligió, uno de los miembros propuso esperar unos meses hasta el próximo Congreso Ganadero (la asamblea nacional de los afiliados a Fedegán) para ponerlo en consideración de todos los asambleístas. Pero la mayoría de la junta decidió que no, que se eligiera inmediatamente a Lafaurie, dirigente conservador quien venía de ser Superintendente, ya había sido Vicecontralor, y diputado en el departamento del Cesar.
La junta directiva de Fedegán es de 22 miembros (11 principales y 11 suplentes) que representa cada uno a 22 regiones (hay algunos departamentos como Meta, Guainía y Vaupés que están agrupados). Como Laufaure, sus miembros llevan largos periodos en la junta. Siete completan más de 10 años. Uno, los mismos 18 que Lafaurie, y dos más de 20.
La perpetuidad de la junta directiva de Fedegán es una combinación de dos factores. El primero es que no todos los campesinos o empresarios que se dedican a la ganadería son afiliados al gremio, como sí sucede, por ejemplo, con la Federación Nacional de Cafeteros.
“Si usted tiene un animal debería poder estar afiliado directamente. La propuesta nuestra es de un ganadero, un voto. Hoy el ganadero es miembro de Fedegán pero a través de su comité, es decir no vota y no participa. Es negar el principio de la democracia”, dijo Roberto Ramírez Ocampo, vocero de Demogán, un movimiento que lleva años oponiéndose al sistema de representatividad del gremio.
En Fedegan, los afiliados son comités municipales y regionales de ganaderos con la capacidad financiera para pagar la afiliación y la cuota de sostenimiento. Eso implica que el número de votos posibles en los Congresos Ganaderos es de cerca de 600 delegados.
Además, el origen de los delegados no se da estrictamente por las regiones que más tienen cabezas de ganado, que son Antioquia con 12 por ciento, Córdoba con 9 por ciento y Meta con 8 por ciento. Tampoco por las que tienen mayor concentración de predios ganaderos, que son Boyacá 14 por ciento, Cundinamarca 13 por ciento y Antioquia con 10 por ciento, según el Dane.
En el acta del congreso ganadero de 2020 las regiones con más delegados inscritos está en la Costa Caribe, y sobre todo en el departamento donde Lafaurie ha hecho su carrera política, el Cesar. Ese departamento tiene 72 delegados, Sucre tiene 53 y La Guajira 51. Luego figuran Magdalena con 48 delegados, Bolívar con 47, Atlántico y Meta con 41 cada uno.
A su vez, la representación de delegados por regiones coincide con el origen de los miembros de la junta directiva más antiguos. Ricardo Rosales Zambrano completó 25 años como el representante en la junta por Atlántico; Carlos Severini Caballero, 21 años por Magdalena; Miguel Torres Badín, 18 años representando a Bolívar; Rafael Torrijos 18 años por Caquetá; Mauricio Moreno Roa, 16 años por Santander; Oscar Daza Laverde, 12 años por el Cesar, y Carlos Luque Barriga, 10 años por el Meta.
Varios tienen poder económico y político, o cuestionamientos que los hacen visibles en sus respectivas regiones.
Ricardo Rosales Zambrano fue congresista liberal y diputado del Atlántico y uno de los fundadores y directivas del Centro Democrático en ese departamento. Gerenció por más de 20 años la Cooperativa Lechera Industrial de la Costa (Ciledco), que ha tenido convenios con Fedegán. También fue uno de los primeros miembros de la junta directiva de Fundagán, el brazo social del gremio cuya primera cabeza visible fue la hoy senadora María Fernanda Cabal, esposa de Lafaurie.
Carlos Severini Caballero es de familia de tradición ganadera y socio de la Cooperativa de Productores de Leche de la Costa Atlántica. Es hermano del ex paramilitar desmovilizado y quien estuvo prófugo, Saúl Severini. Según una sentencia de Justicia y Paz, Saúl era muy cercano a Jorge 40, con poder político para poner y quitar contratistas de Alcaldías y era el líder ganadero de Pivijay, Magdalena, donde su hermano Carlos Tomas es dirigente del sector actualmente.
Daniel Coronell publicó que en medio de una reciente indagación que inició la Fiscalía por el asesinato de Gustavo de Silvestri a manos de paramilitares hace 20 años, se ordenó “identificar e individualizar” a Carlos Severini.
Severini también hizo parte de la junta de Fundagán y fue reemplazado justamente por Cabal.
Miguel Torres Badin es un ganadero de Bolívar que protagonizó un escándalo en 2019 por cuenta de la filtración de unos audios en los que habla con su hijo Miguel Torres Scaff (entonces gerente de Aguas de Bolívar) sobre coimas de contratos que favorecerían al excongresista y parapolítico Vicente Blel Saad.
Carlos Luque Barriga es la cabeza de la Asociación de Ganaderos de Puerto López, en Meta. El año pasado la Sociedad de Activos Especiales contrató con la asociación la administración de dos bienes inmuebles por 3.500 millones de pesos y durante dos años.
Y el secretario general de Fedegán desde que llegó Lafaurie a la Presidencia, que funge como representante legal del gremio, es Jaime Daza Almendrales, exdiputado de La Guajira y padre del representante a la Cámara por Bogotá Juan Manuel Daza, del Centro Democrático.
Los enroques
El segundo factor que pesa para que sean siempre ellos los elegidos por sus regiones es la influencia que el mismo Fedegan y Lafaurie les brinda. Según las actas de los Congresos Ganaderos de 2006 hasta 2020, entre ellos 7 se turnan la conformación de la Comisión de Acreditación de Delegados de Fedegan, que se encarga de avalar la inscripción de los delegados de todo el país.
Además, al Congreso Ganadero los delegados no llegan a votar sino que, según los estatutos de Fedegan, cada región escoge internamente su representante para la junta directiva, en consenso entre todos los comités. Sin embargo, si no se ponen de acuerdo, como ha sucedido por ejemplo en Casanare, los miembros de la junta que integran una Comisión de Compromisarios, hacen “las gestiones necesarias que conduzcan al consenso”.
Esas gestiones, según cuatro de los ganaderos con los que hablamos, entre ellos uno de los exmiembros de la junta, suelen ser “enroques”.
“Si usted no quiere votar por el que le gusta a Lafaurie y sus amigos pues o lo llaman a concertar favores o lo borran a usted y a su comité de los programas de la Federación”, le dijo a La Silla un ganadero del Atlántico.
Uno de los más importantes programas de Fedegán es el de las jornadas semestrales de vacunación contra la aftosa, que ningún ganadero quiere que le demoren más de lo normal y que suele ser un mecanismo de presión, según dijeron las fuentes.
Y algunos de esos 7 miembros suelen tener influencia en otros programas de la Federación. Bien sea porque fungen como presidente y vicepresidente de la junta, o porque tienen otros espacios de poder dentro de la Federación.
Por ejemplo, el hijo de Ricardo Rosales Zambrano, Ricardo Rosales Ayala, es el gerente de Tvgan, la tienda de Fedegán y antes trabajó en Embriogán, el programa de mejoramiento genético que permite mayor producción de leche y carne. Rosales papá y el otro miembro de la junta, Carlos Luque, han sido delegados de Fedegán en la junta directiva del Fondo Nacional del Ganado, donde se define el gasto de los aportes parafiscales.
Estas prácticas hacen que la conformación de la junta, que ratifica al presidente del gremio, sea poco democrática. De hecho, al Congreso Ganadero llega una lista de junta directiva previamente definida y que se aprueba por unanimidad.
De las actas de congresos pasados que La Silla revisó, solo encontró una en la que un delegado intentó presentar una lista que le compitiera a la que venía previamente pactada. En 2008, el político Sergio Araujo Castro se postuló como único candidato a un puesto de la junta, con un suplente. “Quiero llegar a la junta para ser la voz de los independientes, la voz de quienes cada dos años vienen aquí y no son escuchados”, dijo. Entre la junta saliente y la junta entrante propusieron que esa lista fuera retirada y finalmente no la votaron.
Por eso, aunque en el Congreso de Fedegán que termina hoy no se ha revelado como quedó la nueva junta, nadie espera que haya muchos cambios, mucho menos, en la presidencia de Lafaurie.
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