El caos de los buses se acabará en Bogotá. Esa es, por lo menos, la promesa del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp) que se adjudicó esta semana.
Así funcionarán los buses en Bogotá
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La apuesta del Sitp busca que trancones como éste sean cosa del pasado. |
El caos de los buses se acabará en Bogotá. Esa es, por lo menos, la promesa del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp) que se adjudicó esta semana.
En una larga jornada, el pasado martes se entregaron 12 de las 13 zonas del Sitp. La zona restante, Perdomo, será entregada en las próximas semanas, según ha manifestado el alcalde Samuel Moreno. De las 11 empresas que se presentaron, nueve ganaron contratos. Y como todos estos nueve se quedaron con una tajada de la torta, la audiencia de adjudicación terminó en aplausos.
El Sitp busca acabar con la guerra del centavo porque los conductores ahora van a ser empleados -es decir que no ganan por pasajero- y porque el pago de los pasajes estará centralizado.
Los ganadores de la licitación del Sitp obtuvieron una o dos zonas cada uno, aunque las zonas difieren en tamaño y rentabilidad. El operador de cada una de esas zonas deberá prestar todo el servicio: contratar conductores, conseguir los buses, realizar el mantenimiento de la flota. El Distrito, por su lado, debe definir las rutas, establecer los paraderos, organizar las frecuencias. Y pagar por kilómetro recorrido y por pasajero.
Algunos anuncios hechos por el alcalde Samuel Moreno suenan muy atractivos: habrá menos buses pero se movilizarán más pasajeros, se crearán rutas nocturnas, habrá más empleo para conductores. Pero será sólo con la firma de los contratos, prevista para el 17 de noviembre, que se definirán muchos detalles.
Sin embargo, para que el SITP realmente exista más allá de los anuncios del Alcalde se necesita que opere el Sistema Integrado de Recaudo, Control, Información y Servicio al Usuario (Sirci).
Este mecanismo de cobro centralizado recibirá todo el dinero pagado por los usuarios de buses de Bogotá, y posteriormente lo asignará a cada uno de los operadores. El Sirci manejará tanta plata (unos 6 mil millones de pesos diarios) que su adjudicación es aún más importante que la del Sitp. Esta licitación en este momento está suspendida y se reanudará el próximo martes. Según Javier Hernández, director del Sitp y encargado de este proceso, se espera hacer la adjudicación a mediados de diciembre. Sin el Sirci, el Sitp está en el aire.
Una vez el Sirci entre a operar, los siguientes son algunos puntos claves de cómo funcionará el sistema de transporte en Bogotá:
¿Desde cuándo operará?
Cada zona tendrá su propio cronograma. Está programado que las primeras zonas que entren a funcionar son las que tienen troncales de Transmilenio: Usaquén, San Cristóbal, Engativá y Fontibón. Las demás irían entrando después. Y aún no es claro si todas estarán ya operando en 2011.
Esto quiere decir que el desorden del transporte solo se va a acabar dentro de algunos años.
Los buses viejos seguirán rodando
Esto quiere decir que la chatarrización avanzará más lentamente de lo previsto inicialmente. La idea es que cuando esté operando el Sitp en toda la ciudad, se habrán chatarrizado casi 5mil vehículos.
Además, según el tipo de ruta y la zona, habrá automóviles de diferentes tipos. En las grandes avenidas deben circular buses, mientras que en rutas más pequeñas se utilizarán busetas y microbuses. Todos ellos, nuevos o viejos, deberán contar con equipos de comunicación, aparatos para pago electrónico y pantallas de información para los pasajeros.
Debido al paro de transporte de marzo y a observaciones que presentaron los pequeños transportadores a lo largo del proceso, el Distrito cambió el esquema de enganche de los buses. Los propietarios que se asociaron con las empresas ganadoras podrán recibir una renta por cederle sus buses a las empresas, como si fuera una suerte de arrendamiento. O pueden vendérselos a precios establecidos por el Distrito y que, según el ex alcalde Enrique Peñalosa, son muy altos. Los que no se asociaron solo podrán vender sus buses y a un precio menor.
La conexión con Transmilenio
De forma similar, el Sirci sólo aplicará para las rutas de buses del Sitp, por lo menos mientras se vence el contrato de recaudo que Transmilenio tiene con Angelcom. Mientras tanto, Bogotá tendrá dos sistemas de pago. O tres, mientras coexistan zonas con Sitp y zonas en las que éste aún no opere.
La zona neutra
Entre los cerros orientales y la carrera 30, y de la calle primera a la calle 100, hay una zona que no se le va a entregar a nadie. Este es el corazón de Bogotá y sería indudablemente la tajada más jugosa, porque recibe casi el 40 por ciento de los viajes de la ciudad.
A esa zona llegan la mayoría de las rutas actuales, y lo mismo ocurrirá con el Sitp. Cuando un pasajero coja un bus en una zona para ir a la zona neutra, se le pagará al operador de la zona donde se montó. Y para salir de la zona neutra, se le pagará al operador de la zona de destino. Si la persona no sale de la zona neutra, la plata se irá al operador de la ruta.
Por ejemplo, si una persona sale de la séptima con avenida 19 hacia el occidente y se baja en Paloquemao, no saldrá de la zona neutra. Pero el operador de la ruta, que probablemente sería el de Fontibón (Coobus), recibiría el pago por ese trayecto.
Por eso, es previsble que haya pulsos entre los operadores para que sus rutas tengan trayectos interesantes dentro de la zona neutra, donde si habrá competencia.
Los pagos
Según el alcalde Moreno, la tarifa sería de máximo 2.000 pesos. Es decir, podría existir un ahorro para quienes deben hacer transbordos, pero un incremento de más del 60% para quienes no lo hacen. Pero la cifra final aún está por verse.
Para que esto sea realidad hace falta que se adjudique el Sirci. Y que el operador del Sirci y Angelcom creen un mecanismo que permita pasar de los buses a Transmilenio y viceversa.
El metro
Esto quiere decir que en el horizonte puede haber dificultades con los operadores. En las zonas donde eventualmente haya líneas de metro seguramente saldrán buses o habrá menos rutas de buses. En otras palabras, cambiarían las bases económicas de los contratos. Y, hasta ahora, no se ha previsto nada sobre ese tema.
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