El expresidente Álvaro Uribe por fin resolvió su nueva encrucijada en el alma y decidió que será candidato al Senado en 2014 en una lista cerrada por el movimiento Centro Democrático, que él fundó y lidera para recuperar el poder de manos de Juan Manuel Santos. El anuncio lo hizo esta mañana y aunque, por un lado, se despeja la gran incógnita respecto al futuro político de Uribe, por otro lado se empiezan a generar nuevos cuestionamientos por lo inédito de la situación, pues desde hace más de un siglo ningún expresidente de Colombia ha querido llegar al Congreso. Estas son cinco preguntas que deja la lanzada al agua del ex primer mandatario.

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El expresidente Álvaro Uribe por fin resolvió su nueva encrucijada en el alma y decidió que será candidato al Senado en 2014 en una lista cerrada por el movimiento Centro Democrático, que él fundó y lidera para recuperar el poder de manos de Juan Manuel Santos. El anuncio lo hizo esta mañana y aunque, por un lado, se despeja la gran incógnita respecto al futuro político de Uribe, por otro lado se empiezan a generar nuevos cuestionamientos por lo inédito de la situación, pues nunca antes un expresidente de Colombia había querido llegar al Congreso. Estas son cinco preguntas que deja la lanzada al agua del ex primer mandatario.

¿Perderá el fuero presidencial?

No. Uribe no perderá el fuero del que goza como expresidente aun si llega al Senado. Lo que sucede es que, si así pasa, adquiriría otro fuero: el de Senador. La Silla consultó la duda jurídica con el exmagistrado de la Corte Constitucional José Gregorio Hernández y él nos explicó que los fueros de Uribe (porque además también tiene fuero de Gobernador) aplicarían dependiendo del caso.

Por ejemplo, en un escenario hipotético en el que Uribe llegase a ser procesado por un delito, el fuero aplicará según la época en la que se hayan cometido los hechos.

Para cualquier cosa que haya hecho entre 2002 y 2010 (mientras fue Presidente), Uribe sólo podría ser acusado por la Cámara de Representantes ante el Senado, como todos los expresidentes. De hecho, ahí en la Cámara el ahora aspirante al Senado tiene una investigación abierta por las ‘chuzadas’ del DAS.

Si se tratase de un hecho presuntamente cometido en su época de Gobernador de Antioquia, la encargada de juzgar es la Corte Suprema de Justicia luego de acusación hecha por la Fiscalía.

Y si el hecho se cometiera siendo Senador, el proceso lo lideraría la Corte Suprema de Justicia, sin necesidad de acusación de la Fiscalía.

En ninguno de los tres casos Uribe tendría derecho a la segunda instancia, pues sus fueros no la contemplan.

En el caso del fuero presidencial, la Cámara de Representantes acusa y el Senado juzga pero la sentencia sólo puede contemplar la destitución, la suspensión o la privación de los derechos políticos del procesado, pues cualquier fallo penal tiene que ser proferido por la Corte Suprema de Justicia.

El asunto no es tan sencillo como parece debido a que el escenario de Uribe (un expresidente) Senador no tiene antecedentes en la historia del país. Podría suceder, por ejemplo, que siendo Senador el proceso de las ‘Chuzadas’ avance en la Cámara de Representantes y decidan acusar a Uribe. En ese caso hipotético, el caso llegaría al Senado en donde estaría actuando el procesado.

Si eso llegase a pasar, Uribe tendría que declararse impedido para -como Senador- juzgar el proceso que se le sigue -como expresidente-. Pero de todas maneras no dejaría de ser una situación exótica, por decir lo menos.

En cualquier caso, el riesgo para Uribe en caso de que llegase a ser Senador está en que se convertiría en un blanco mucho más vulnerable. Ahí, en el Legislativo, sus opositores lo podrían acusar de tener conflicto de interés con algún tema y llegar a mover incluso la pérdida de su investidura, como le ha pasado a muchos congresistas.

¿Le generará el riesgo de perder votos ir en una lista cerrada?

En las listas cerradas los ciudadanos no votan por candidatos individualmente, sino por un colectivo en general. Así es que para esos casos en el tarjetón no aparece una cara sino el logo del partido o movimiento. Si bien la estrategia de ir en una podría servirle a Uribe para garantizarles votos a los miembros de su lista (la mayoría desconocidos y con poco trabajo político), también podría hacerle perder apoyos de la gente que está más familiarizada con su rostro. Más teniendo en cuenta que el logo de su movimiento ni siquiera ha visto la luz, apenas a seis meses de las elecciones legislativas.

Además, todavía hay muchos ciudadanos que relacionan a Uribe más con el Partido de la U.

Esto lo saben bien en el Centro Democrático y por eso allí están llevando a cabo una estrategia de comunicaciones llamada “desuribizar a La U”, la cual es realizada en los talleres democráticos de Uribe por todo el país y consiste en explicarle a la gente que a pesar de la letra “U” ya ese partido no es del expresidente.

En el Centro Democrático están terminando de definir el logo del movimiento. Faltan detalles, pero La Silla supo es que lo que ya está confirmado es el eslogan: “Centro Democrático, el partido de Uribe”, para reafirmar su mensaje.

¿Uribe Senador podría ponerle palos en la rueda al proceso de paz?

Esto dependerá de qué tan rápido sea el Gobierno Santos para lograr acuerdos en La Habana y presentar la ley estatutaria que reglamentará el marco jurídico para la paz.

El senador Juan Manuel Galán -liberal, de la Unidad Nacional de Santos y presidente de la Comisión Primera del Senado- le explicó a La Silla que, aunque el Gobierno no ha dicho fecha exacta, se espera que antes de diciembre se radique en el Congreso la ley estatutaria del marco jurídico para la paz.

Si esto se logra, es posible que antes del 20 de julio cuando finaliza su trabajo el actual Congreso se le haya dado trámite a esta norma que es vital para el marco en el que se apoyará el proceso de La Habana. Igual pasa con el cambio a la ley de participación (que se está debatiendo en las comisiones primeras conjuntas de Cámara y Senado) que permitirá hacer referendos el día de las elecciones legislativas y con el cual se pretende hacer la refrendación de los acuerdos.

Si estos pasos se pretenden surtir en un Congreso en el que ya esté Uribe acompañado con los 20 senadores que aspira a sacar (más los que ya tiene en el conservatismo y en La U) a Santos podrían enredársele estas iniciativas.

En cualquier caso, la candidatura de Uribe al Congreso podría llegar a ser positiva para el proceso de paz debido a que le imprimirá a los diálogos un afán que por ahora no se le ve. Sobre todo del lado de las Farc.

¿Cambiará la correlación de fuerzas en el Congreso?

En el Centro Democrático, como lo contó La Silla, calculan sacar unos tres millones de votos en su lista al Congreso lo que los dejaría con unas 20 curules en el Senado. Una bancada de 20 senadores no sería nada despreciable para Uribe. Pero si a eso se le suma que unos 10 senadores conservadores (que quieren repetir) son uribistas y que en La U también tiene simpatizantes el uribismo, eventualmente podría formarse un bloque opositor a Santos capaz de tumbarle iniciativas.

Eso podría cambiar el panorama histórico en el Congreso, en donde siempre el jefe político ha sido el Presidente de turno y en donde el Gobierno Nacional es el que pone la agenda y los proyectos clave.

Por supuesto, todo dependerá de que Uribe efectivamente saque los tres millones de votos que espera y de qué tanta burocracia pacte Santos con las bancadas en donde hay miembros uribistas.

¿Estará inhabilitado para tocar algún tema en el Congreso?

Si Uribe se le mide a ser Senador no sólo tendrá que, como los otros legisladores, someterse a reglas como responder una lista, presentar las ponencias que le asignen, pedir la palabra, respetar el tiempo en el que le den la palabra y aceptar los temas que trabaje la comisión a la que llegue. Por supuesto, Uribe seguramente será enfrentado por sus opositores de siempre como por ejemplo el senador del Polo Jorge Enrique Robledo o por los antiuribistas de la Unidad Nacional quienes podrían terminar recusándolo para que se declare impedido frente a los asuntos que trabajó como Presidente.

Sin embargo, es poco probable que Uribe termine inhabilitado para tratar temas en el Congreso debido a que los impedimentos deben ser sobre hechos presentes, no pasados ni futuros, que generen algún tipo de conflicto de interés. En ese sentido, si como Presidente Uribe defendió una idea y la sacó adelante, la misma idea podría seguirla defendiendo desde el Congreso. Además, los impedimentos son votados por los mismos congresistas y si Uribe llega (como lo desea) liderando una bancada robusta éstos colegas no se los van a votar.

 
 
 
 
 

Fue periodista de historias de Bogotá, editora de La Silla Caribe, editora general, editora de investigaciones y editora de crónicas. Es cartagenera y una apasionada del oficio, especialmente de la crónica y las historias sobre el poder regional. He pasado por medios como El Universal, El Tiempo,...